Por Gabriel Slavinsky

Trol no es un término más. Tiene una rica historia que recorre la técnica de pesca que consiste en arrastrar lentamente un señuelo con cebo desde un bote, como una provocación.

En la mitología escandinava eran criaturas malignas que hacían travesuras.
La frase “trolear novatos” existe en EEUU desde los años 90 y se refiere a hacer las típicas bromas de secundaria.
En China se usa para aquellos que dicen cosas sin sentido en Internet.
En Japón para los que buscan despertar reacciones en otra persona.
En Corea a los títulos engañosos.
Los portugueses lo llaman a los seres poco inteligentes e imprevisibles.
Hacia nuestros días, también se usó para el robo de identidad, a los falsos que esconden los rasgos de su verdadera personalidad y los que se ocultan en el anonimato.

En la comunicación política

El término trol estuvo asociado a militantes digitales, pagos de un dirigente o fuerza política; sin embargo, el término, actualmente, se utiliza para definir a cualquier individuo que emite un comentario negativo en una red social.
Una definición más ajustada sería la de aquella persona que por convicción o por dinero publica mensajes en las redes sociales, su intención es molestar, provocar o proteger a una idea o dirigente. Generalmente actúan de modo organizado y en grupo.
El objetivo es generar la sensación de la existencia de una condena social. No hay estudios serios sobre el efecto o resultado de un ataque a un político por parte de muchas personas enfervorizadas. Pero sí hay una certeza, en los estudios de sentimiento social digital, tendrá predominio de lo negativo por sobre lo positivo.
Los dirigentes atacados se dan cuenta que son objetos de una agresión, ya que reciben infrecuente cantidad de mensajes negativos en sus redes sociales, lo que hace complicada la tarea de la defensa

El objetivo de los trolls es generar la sensación de la existencia de una condena social. Tiene predominio de lo negativo por sobre lo positivo.

Los comentarios varían entre el insulto y la ironía y aunque puedan sentir que están siendo agredidos por trolls, es bastante desagradable recibir este tipo de violencia o intimidación digital y masiva.
Los trols han crecido más de un 120% en los últimos dos años. Sin embargo, ha caído el nivel de confianza de los comentarios en Social Media más de un 60%. Más del 70% de las personas consideran que los contenidos deben ser más personalizados y que los mensajes de terceros carecen de legitimidad.
El 64% pide que se cuenten historias o se desarrollen explicaciones de calidad. El estatus de Whatsapp es el de mayor progreso en su repercusión seguido por Instagram Stories, justamente asociado a la menor posibilidad de intrusión y la tendencia a la personalización entre usuarios.
La comunicación política digital no para de crecer al ritmo de las redes sociales. Facebook continúa en ascenso, en menor medida, pero suma seguidores. Instagram fue la que más progresó sin dudas, Twitter se mantiene como ese corazón que hace latir a políticos y periodistas.
Es importante que seguir analizando el “troleo” en los próximos meses.
Los trols justifican en mayor medida su actividad en Facebook que permite comentarios más visibles. Esta podría ser una de las explicaciones del crecimiento en Instagram en política.

Fuente: diarioepoca.com