Detector de mentiras políticas

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Por: Daniel Eskibel

Imagina que vas a cada una de tus reuniones políticas con un pequeño gadget, un discreto aparato invisible frente a los ojos de los demás, una pequeña joya tecnológica que te permite descubrir quién te miente y cuándo lo hace.

¡Un detector de mentiras políticas!
Simplemente hablas, miras y escuchas. Y la luz roja del aparato te permite descubrir lo que temes y también lo inesperado:

  • Ese dirigente que tanto habla de lealtad pero que te va a traicionar
  • Ese momento preciso en el que tu adversario intenta engañarte
  • Ese colaborador tuyo que no es sincero contigo
  • Esa persona que dice que te votará pero que realmente no piensa hacerlo
  • Ese aliado que esconde su decisión de romper su acuerdo contigo
  • Esa persona que te dice cualquier frase amable solo para congraciarse contigo
  • Ese otro que jura que cumplirá tus instrucciones al pie de la letra pero que ya sabe que no lo hará

¿Imaginas el enorme valor que un gadget así tendría para tu carrera política?

Pero…¡alto!
No corras a Amazon a buscar un aparato así.
No existe.
No busques tampoco una aplicación con esas características para tu smartphone.
Que no. Que no existe.

¿O acaso existe?

La comunicación no-verbal como detector de mentiras políticas

Aunque no se encienda la luz roja de ningún aparato maravilloso, de todos modos sí que existe un detector de mentiras políticas.

Se llama comunicación no-verbal.

Veamos: cuando alguien miente su cuerpo y su mente emiten señales. Sí, señales que los demás podemos leer y descifrar.

¿Entonces por qué habitualmente no ves las señales de la mentira política? Por dos razones:

  1. Porque no escuchas ni miras con atención sino que te concentras en lo que tú mismo dirás después
  2. Porque cuando atiendes al otro te obsesionas solo con lo verbal y con el significado y la intención de las palabras

O sea que el detector de mentiras políticas está encendido siempre y su luz roja parpadea con insusitada frecuencia.

Todo ocurre frente mismo a tus ojos.
Pero no lo ves.
¡Y vaya que necesitarías verlo!

Señales de la mentira política

Ocurrió hace muchos años en un país de América Latina…
Una importante empresa transnacional negociaba un gran contrato con un gobierno. Los ejecutivos salieron de la reunión con los ministros con confiada expectativa. Todo saldría bien.

Por entonces yo integraba un equipo que asesoraba en comunicación política a la empresa. Cuando tuvimos encima de la mesa las fotografías de la reunión, la mirada del equipo fue diferente a la de los ejecutivos.

La comunicación no-verbal de uno de los ministros era elocuente y contradecía todo optimismo. La persona, mientras hablaba a favor del acuerdo, se parapetaba detrás de un escritorio, alejaba su cuerpo de los ejecutivos de la empresa y cruzaba brazos y piernas en señal inequívoca de barrera, bloqueo y negativa.

Poco después esa persona fue decisiva en que el acuerdo fracasara y la empresa se retirara del país.

Las señales siempre están.
Lo que se necesita es saber buscarlas y prestarles atención.
Y un poco de entrenamiento, claro.

Las señales que debes buscar para que funcione tu detector de mentiras políticas son las siguientes:

  • El volumen de la voz sube bruscamente de un momento para el otro
  • El tono de la voz se quiebra y en un instante se hace más agudo
  • Las palabras se entrecortan como en un tartamudeo: “mi pro-pro-proyecto…”
  • El efecto tartamudeo se produce por las repeticiones de palabras enteras: “claro claro claro que sí”
  • La respiración se hace más agitada, más rápida, más urgente
  • La persona se olvida de algo muy importante y significativo
  • Se produce un lapsus linguístico, sustituyendo una palabra por otra de sentido casi opuesto (aunque rápidamente se corrija)
  • Los gestos contradicen las palabras (por ejemplo la expresión de enojo en la cara de alguien que dice estar alegre)
  • Aparición de microexpresiones faciales que duran una fracción de segundo o que se interrumpen bruscamente, que son como un breve relámpago emocional dibujado sobre la cara
  • Expresiones faciales que quedan como congeladas y se extienden idénticas durante más de 10 segundos
  • La persona transpira en exceso
  • Conducta singular en lo que respecta a la mirada: o bien es una mirada que se vuelve demasiado esquiva o bien es una mirada que se vuelve demasiado fija
  • Aumento notorio de la frecuencia del parpadeo
  • Cambios en la coloración de la piel del rostro
  • Cejas que se levantan en su ángulo interior formando un triángulo con los párpados superiores como base
  • Desfasaje temporal entre lo que se dice y la expresión correlativa del rostro
  • Mano tapando total o parcialmente la boca (como el niño que se tapa al instante de decir algo inconveniente)
  • Mano frotando una oreja o un ojo o la nariz
  • Rascado del cuello
  • Temblores faciales

Advertencia: son señales, no verdades reveladas

Insisto: no son verdades reveladas.
No son confirmaciones absolutas.
Son indicadores, señales.

Lo que te están diciendo no es que te están mintiendo.
Te están diciendo que es posible que te estén mintiendo.
Posible.

Pero debes descartar otras cosas.
Debes descartar estilos habituales de comunicación, patrones diferenciales de esa persona.
Debes descartar ansiedades o nerviosismos que se vinculen con otros asuntos.
Debes descartar tus propios errores de apreciación.
Debes descartar inconsistencias en tus lecturas.
Debes descartar la irrupción de determinadas emociones ajenas al engaño.
Y debes descartar, siempre, el error humano de encontrar solo lo que buscamos.

Hecha la advertencia, nada menor, debes saber que cuentas con un verdadero detector de mentiras políticas.

Usado con inteligencia, atención, mucha práctica y mucha cautela, es mucho más efectivo que el viejo polígrafo policial.

Recuérdalo: la verdad está en el cuerpo, en el rostro, en la mirada, en los gestos, en el volumen de la voz, en el tono de voz.

La verdad está en la comunicación no-verbal.
No te distraigas.

Comparte estas señales con tus compañeros políticos de confianza. Te lo van a agradecer.

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Fuente: Blog Maquiavelo&Freud