Por David Márquez
¿Es posible dirigir tu propia campaña electoral y ganar? Sí. Las recientes exitosas campañas de Donald Trump en Estados Unidos y de Jair Bolsonaro en Brasil demuestran que es posible. No sería inusual en campañas locales o regionales, pero que un candidato presidencial dirigiera su propia campaña y consiguiera ganar, parecía imposible.
No significa que los candidatos no necesiten un equipo manejando la campaña.
Pienso que una campaña presidencial es como si tuvieras que planear y organizar una boda. Puedes hacer tu propio vestido, preparar y hornear el pastel, pero lo más probable es que una novia sensata y con clase preferiría dejarlo en manos profesionales para que todo resulte bien.
Una campaña para alcalde, senador o presidente debería ser totalmente profesional. Es decir que debería manejarla un equipo con ciencia y experiencia, tal como ocurre con un equipo de fútbol: la Selección Nacional es dirigida por un técnico experimentado que gana un buen salario y tiene en su hoja de vida premios de éxito. Además, quienes juegan, lo hacen a tiempo completo.
Yo, el estratega
Donald Trump, probablemente, es el primer candidato estadounidense que tuvo éxito en dirigir su propia campaña y salir victorioso, como ocurrió en noviembre de 2016. Es conocido que en un momento él pensó que no ganaría y que ni siquiera lo deseaba.
Tuvo una media docena de estrategas y managers (gerentes o directores de campaña) con enorme prestigio en las filas republicanas. Despidió a casi todos y terminó la campaña con la encuestadora Kellyanne Conway. Así dirigió un barco que superó la bravura de las olas de noticias escandalosas.
Trump demostró ser el estratega de su propia campaña al usar las fórmulas de su famoso best-seller “el Arte de la Negociación”. Supo convertir lo negativo en positivo. En la etapa inicial nadie creía que ganaría las primarias. Los líderes republicanos insinuaron que debía salir de la carrera cuando emergieron los escándalos sexuales. Nadie pensó que podría sobrevivir.
Finalmente, usando su manual, le ganó a Hillary Clinton, la candidata que tenía más dinero. Tuvo el apoyo de Hollywood, el respaldo del 90 por ciento de la prensa norteamericana, de Facebook y de Amazon. Trump fue capaz de tener más público que Elton John y Katty Perry, quienes apoyaron a Hillary Clinton.
En el caso de Jair Bolsonaro, de quien se dijo que no tenía opción alguna de ganar, no hubo un “marketeiro” que dirigiese su campaña y comandara un equipo. Fue una campaña presidencial victoriosa sin estratega y sin campaign manager (director o jefe de campaña).
Bolsonaro no participó en un debate presidencial, pero usó criterios estratégicos como exmilitar rodeado de asesores militares. Tuvo el apoyo informal del estratega conservador Stephen Bannon, quien había creado una impresionante base social desde su portal Breitbart News para volcar el apoyo de los conservadores en favor de Trump en Estados Unidos.
Hizo un uso inteligente de los nuevos medios y redes sociales como Whatsapp.
Se creó una imparable corriente Anti-PT (Partido de los Trabajadores), anti-Lula y anticorrupción. Una operación psicológica (Opsic) que los militares saben usar bien. La estrategia fue: 1. Elevar la moral interna, 2. Aislar al contrincante (Lula inhabilitado y encarcelado) y 3. Atacar.
¿Cómo lo hago yo?
Necesitas conocer y aprender los recursos esenciales de la contienda político-electoral, que son cuatro: estrategia, comunicación, fondos y activismo. Este combo esencial para aprender cómo diseñar y dirigir una campaña victoriosa se llama Tecnopolítica. No es campaña por internet o computadoras. Es tecnología política esencial para enfrentar una contienda y ganar.
No es necesario que el candidato sea un experto en cada campo, pero debe conocer lo importante para asignar tareas y supervisar la contienda. Quien aprenda estas cuatro herramientas también podrá operar y actuar como director de campaña.
Imagina que se trata de un médico generalista que conoce lo que está pasando y sabe qué hacer. Podrá organizar o contratar un equipo de especialistas (los pacientes prefieren un médico especialista sobre uno general) y obtener el resultado deseado.
¿Qué hay que saber entonces para convertirse en estratega o gerente de campaña?
- Comunicación
Lo importante en este campo es el diseño del mensaje asociado al nombre del candidato: un eslogan que es todo lo que el elector recordará al votar. Luego están las herramientas para tener cobertura gratuita de prensa y cómo contratar la publicidad electoral. Las técnicas para debatir y el uso de redes sociales y new media, forman parte de este recurso.
- Activismo
Se refiere a la manera de encontrar voluntarios, cómo organizar y mover a la gente, a los electores. Es el trabajo de campo, la “campaña de tierra” que requiere de una estrategia específica.
- Financiamiento
Cómo financiar la campaña usando el Fundraising parece muy “gringo”. Pero hay que recordar que todo ser humano tiene capacidad de dar, de donar. En Latinoamérica la gente dona en teletones, aporta dinero para distintas actividades. Este es un recurso que hay que aprender pues pronto llegará a ser de uso común en las campañas políticas. Es decir: cómo organizar eventos de recaudación de fondos y cómo el candidato, su esposa y amigos pueden usar el contacto personal para conseguir dinero abundante para pagar la publicidad en televisión y otros espacios.
- Estrategia
Acá el tema es cómo planear la campaña, cómo saber cuál es la estrategia indicada para ganar la elección, cómo enfrentar situaciones imprevistas y cómo estar siempre a la ofensiva.
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Sobre el autor
David Márquez, es presidente y fundador de Tecnopolitica.com Como comunicador y consultor político, ganó 3 campañas presidenciales y 2 Municipales en Bolivia.
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