Por Alberto Astorga*
No consigues que tu equipo funcione como esa maquinaria engrasada que habías imaginado. Los ves trabajar y piensas que les falta algo. Que les falta alma. Algunos, en los que has puesto más esperanzas, se van de la noche a la mañana y dejan tu proyecto, ese proyecto por el que te desvelas, abandonado. Lo hacen sin mirar atrás, sin pesar alguno, despreciando aquello que para ti es importante. Caes en el abatimiento y debes volver a recomponer la organización.
Muchas veces te preguntas qué deberías hacer para que tu equipo funcionase, que todos remarais en la misma dirección, de forma coordinada y simultánea. Qué es necesario para poder percibir un ambiente de trabajo creativo, amable, amigable, leal. Tal es la desesperación y frustración que puedes llegar a sentir, que hasta te planteas que lo mejor es empezar de cero, arrasar con todo y contratar nuevas personas, nuevos talentos, que te acompañen en tu proyecto, donde nadie pueda intoxicar ni contaminar a los demás, sobre todo a aquellos que van llegando.
Aunque esta solución supone un “borrón y cuenta nueva” en toda regla, un reseteo total del proyecto y de la organización, la puedes activar en cualquier momento. Esa solución la tienes siempre. Precisamente por eso, no tienes porqué ser tan radical. Todavía puedes intentar algo.
Puedes diseñar, crear y construir el lugar más maravilloso del mundo, pero se necesita gente para hacer el sueño realidad”, Walt Disney
Hoy quiero hablarte de motivación. Y quiero que lo percibas como si motivar fuera un mandamiento de cumplimiento obligatorio para todo líder que dirija un proyecto o una organización. No olvides que necesitas gente para hacer tu sueño realidad. Por ello, vamos a intentar explorar otras alternativas menos traumáticas para todos. Sobre todo porque debes considerar que, si estás en esa situación, posiblemente no sea enteramente la culpa de los demás, sino que tu también tengas algo que ver en ello. Pero te advierto que, tratándose de relaciones humanas, nada es sencillo ni hay recetas precisas e infalibles.
El equipo es la herramienta fundamental para alcanzar cualquier objetivo o afrontar cualquier reto. En toda organización, en todo grupo humano, contar con un buen equipo, es el ingrediente esencial para poder cumplir sus cometidos y alcanzar el éxito. Quien se haya visto en esa situación, se dará cuenta de que el primer reto es tener que elegir de entre los posibles candidatos a aquellos que, sea por intuición, por su aptitud demostrada o la actitud con la que se presentan, creemos puedan estar en nuestro dream-team.
Pero, aun así, no hay nada que pueda garantizar buenos resultados cuando ponemos en común las individualidades elegidas y comenzamos a trabajar con el equipo.
Ahí es donde empieza realmente la labor de un liderazgo eficaz. Qué hacer con aquellas personas para impulsarlas a realizar aquello que queremos que hagan, que lo hagan bien, que deseen seguir haciéndolo, que mejoren la forma de hacerlo, que indaguen nuevos métodos, nuevas mejoras y nuevas prestaciones.
Atrás quedaron pensamientos como los de Frederick Winslow Taylor, promotor de la organización científica del trabajo, quien postulaba la importancia de la compensación monetaria entre aquellos factores externos para motivar a los trabajadores. Para él, el hombre solo trabajaría por dinero y, por tanto, ofreciendo más salario se obtendría una mayor motivación por el trabajo.
“El equipo es la herramienta fundamental para alcanzar cualquier objetivo o afrontar cualquier reto”
También está en cuestión la conocida teoría de la motivación de la jerarquía o pirámide de las necesidades enunciada por el psicólogo Abraham Maslow, pues se ha planteado que una necesidad satisfecha puede hacer perder parte de la motivación por el esfuerzo dedicado a su logro.
Lo que parece aceptado es que hay dos factores fundamentales en la motivación de las personas: unos de carácter extrínseco y otros de carácter intrínseco. El también psicólogo Frederick Herzberg distinguió entre ambos, llamando a los primeros, “factores higiénicos” y a los segundos, “factores motivadores”.
El estudio de los factores motivacionales ha aportando diversos modelos teóricos que analizan detalladamente distintas perspectivas y posibilidades.
Todo esto está muy bien y nos muestra que no solo es una preocupación que sientes en tu propia empresa. El aporte teórico es correcto, pero te sirve de poco. Necesitamos mecanismos prácticos para actuar en nuestras organizaciones. Cuando observamos a nuestro equipo y necesitamos actuar, nos preguntamos algo muy concreto: ¿Qué acciones y herramientas podemos desarrollar y aplicar para que nuestros trabajadores estén motivados y mejoren su rendimiento?
En la actualidad, lo que se desea en toda organización es que sean los factores internos, intrínsecos o motivadores quienes impulsen a los empleados a actuar conforme a las necesidades de las empresas, satisfaciendo al mismo tiempo sus propias necesidades. Por ello, la motivación es un concepto subjetivo e inseparable al individuo y, además, cambiante en el tiempo.
Por ello, sinceramente, pienso que es importante tanto conocer qué motiva a los trabajadores y colaboradores como qué es aquello que les desmotiva.
La gente continuamente dice que la motivación no perdura; bueno, tampoco el baño lo hace. Por eso recomiento hacer ambas cosas todos los días”, Zig Ziglat
Teniendo en cuenta las teclas anteriores, las que debes pulsar y las que deberías evitar pulsar, para inducir la motivación de tu equipo debes seguir una premisas elementales y de sentido común. Te indico algunas:
Primero: Apoya y aprueba siempre el buen desempeño, el buen trabajo de tu equipo. Quizás no lo hayan hecho como indicaste, pero lo hicieron bien y, corregirás algo quizás, pero el valor de lo realizado no puedes cuestionarlo, sí retocarlo.
Segundo: Fomenta la participación de los trabajadores, empleados y miembros del equipo. Hay que facilitar que tomen la iniciativa, que hagan propuestas, oírlas, valorarlas, enriquecerlas si cabe, pero nunca dejar de oír lo que quieren decir.
Tercero: Reconoce el buen desempeño, hazlo en público y en su momento. Recuerda que uno de los principales deseos de una persona, aunque no lo reconozca, es el reconocimiento y sentirse parte de la organización.
Cuarto: Valora el trabajo de cada individuo, exaltando el valor del desempeño realizado y explicando los beneficios que su dedicación ha reportado a la organización.
Quinto: Deja a las personas que utilicen su inteligencia para resolver problemas. No marques qué, cómo, con quién, cuándo ni dónde deben hacer las cosas. Deja libertad de acción y confianza en que tienen competencias para resolver adecuadamente.
Sexto: Ofrece oportunidades para asumir nuevos retos, nuevas competencias, nuevas responsabilidades y liderazgo en áreas concretas.
Séptimo: Facilita medios para poder realizar los trabajos exigidos y para la mejora continua de las personas. Permite la capacitación y la actualización de sus conocimientos y habilidades mediante cursos, seminarios, congresos y, si es el caso, viajes.
Octavo: Mantén ocupados a los miembros del equipo. Pero hazlo productivamente, no con tareas que solo ocupan tiempo y reportan poco a la organización.
“Escuchar es, sin duda, el mejor camino para saber qué es lo que motiva a las personas”
La motivación laboral y la motivación que todo miembro de una organización debe recibir es un asunto de vital importancia, quizás más importante de lo que pensamos. Pero no hay recetas mágicas -lo siento- ni fórmulas matemáticas que nos digan qué hacer en cada momento o situación.
Lo que a una persona puede motivarle a otra puede serle indiferente o, incluso, contraproducente.
Por ello, lo primero que debes hacer siempre, y te lo digo al final del artículo para que lo recuerdes mejor, es hablar, comunicarte, escuchar, hablar poco y oír más, sobre los deseos de las personas que te rodean, sus metas, sus fortalezas, sus debilidades, su ambición personal y qué es lo que desean para realizarse profesionalmente. Escuchar es, sin duda, el mejor camino para saber qué es lo que motiva a las personas. Y la motivación, un campo donde el liderazgo debe saber desempeñarse adecuadamente.
Fuente: visioncoach.es
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*Alberto Astorga es coach político, autor del Blog Vision Coach, y miembro activo de MPR Group.
El Blog Vision Coach fue nominado y ganador del Napolitan Awards 2017.
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