Por José Manuel Urquijo*
Hasta hace un par de años, las relaciones diplomáticas y la diplomacia en general, tenía un lenguaje único que sólo entendían los cuerpos diplomáticos y los estudiosos de las relaciones internacionales. Había una barrera de entendimiento por las limitaciones del idioma y por las características propias del ejercicio profesional.
Antes sólo veíamos a los diplomáticos en actos solemnes super elegantes, llenos de ese halo de privilegios e inmunidad que exige la profesión. Era prácticamente imposible conocer la cara de un embajador o embajadora.
En pocas ocasiones nos enterábamos del trabajo que realizan las representaciones diplomáticas en los países, y menos nos imaginábamos cómo eran estos personajes inalcanzables y ajenos a la realidad de nuestro país.
Esa era la percepción generalizada que existía en torno a figuras de embajadores y representantes de otros países en el nuestro.
Sin embargo, ante la revolución de las formas en que nos comunicamos, con la llegada de nuevos canales y medios como las redes sociales, la distancia entre un embajador y cualquier ciudadano promedio, prácticamente se acortó.
Hoy nos enteramos de las dificultades que pasan los diplomáticos para adaptarse a las nuevas costumbres y cultura de su nuevo hogar. De las relaciones y aprendizajes que obtienen todos los días haciendo vida en su nuevo país, etcétera.
En un mundo cada vez más global, donde las redes sociales han llegado a democratizar las formas en que nos informamos y comunicamos, algunos miembros de la diplomacia mundial comienzan a entender estos nuevos procesos de comunicación.
No se trata de abandonar las formas o la responsabilidad y pulcritud que implica la diplomacia, sino de entender que hoy las audiencias prefieren ver líderes preparados, sí, pero también comprometidos con el entorno y contexto social de su nuevo hogar, y abiertos a descubrir las bondades de de su país.
Hoy las redes sociales son el nuevo espacio público para fomentar el diálogo y el intercambio de aprendizajes. Estos nuevos espacios digitales eliminan las barreras de comunicación que impone la investidura diplomática, provocando una comunicación más auténtica y mostrando la personalidad de los líderes por encima de sus cargos diplomáticos.
Estos nuevos cambios en los procesos de comunicación y en la forma en que las audiencias obtienen información y entretenimiento, representan un gran reto para las embajadas y cuerpos diplomáticos. Sin embargo, del tamaño del reto es el tamaño de la oportunidad.
A través de las redes sociales, las representaciones diplomáticas pueden generar procesos más efectivos con sus connacionales en el país donde estén, pero también, pueden obtener insights sobre las necesidades, anhelos y percepciones que su país tiene en la nación receptora.
Es importante señalar desde la comunicación política, que los vacíos de información que deja un gobierno, autoridad o representación diplomática, por regla, se llenarán con el ruido que también abunda en el ciber espacio. Por eso es importante mantener una escucha sistematizada y humanizada que permita construir el diálogo y fomentar la conversación pública.
Hoy no es necesario enviar un comunicado de prensa a todos los medios de comunicación, para hacer un anuncio importante; basta con colocar un tuit o un post en Facebook para llegar a sus audiencias sin la intermediación de los medios tradicionales.
También, las redes sociales permiten que los ciudadanos conozcan el trabajo que realizan los diplomáticos, y mostrar el valor y esfuerzo de las personas que sirven a los demás.
Con lo anterior, no queremos decir que los procesos y comunicaciones tradicionales tengan que desaparecer de la diplomacia mundial, sin embargo, lo que sí es fundamental, es entender los nuevos modelos y canales de consumo de las nuevas audiencias, para establecer procesos integrales y más efectivos.
Hay cuatro casos de embajadores y embajadoras que llegaron a nuestro país, y que desde su llegada han cautivado a los cibernautas mexicanos. Se trata del embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, quien se ha convertido en una celebridad entre los tuiteros mexicanos, o la embajadora del Reino Unido Corin Robertson.
También destacan la embajadora de los Países Bajos, Margriet Leemhuis o el Embajador de Japón Yasushi Takase, quienes comparten en un lenguaje común, su paso por el estilo de vida de los mexicanos.
Compartimos rosca de reyes en la Embajada 🇯🇵. ¡Ami me salió El Niño!
¿Preparo tamales? #embdjapon pic.twitter.com/z6lqokylqI— Yasushi Takase (@EmbYasTakase) January 7, 2020
Es #diadelmariachi hoy! Me encanta! Aquí mi canción favorita Mariachillis Quizas,quizas,quizas https://t.co/epfMVkzFbp via @YouTube
— Margriet Leemhuis (@mnleemhuis) January 21, 2020
El diplomático norteamericano comparte desde reuniones de alto nivel con las autoridades mexicanas, hasta sus experiencias como catador de tacos en el centro de la Ciudad de México, o su respuesta a un mexicano desesperado que pidió ayuda para salir de China ante la contingencia por el Coronavirus que azota al país asiático. Estas publicaciones le han valido un “cariño cibernético” que nunca antes habíamos visto que generara otro diplomático en nuestro país.
Las autoridades de USA saben de tu situación. Por ahora parece que hay más ciudadanos USA que asientos en el avión pero eso puede cambiar de un momento para el otro. Nos quedamos en contacto. ¡Ánimo! 👍🏻
— Embajador Christopher Landau (@USAmbMex) January 26, 2020
El éxito que han obtenido estos diplomáticos entre los mexicanos, radica en priorizar y poner al centro de la conversación pública, valores comunes entre la cultura y la población mexicana, así como el respeto a las tradiciones y creencias, su gusto por la extraordinaria gastronomía nacional, y las tradiciones que nos unen como mexicanos.
Y ahora entiendo porque….aquí tienen el menú de la comida hoy con unos de los platos ricos que probamos. ¡Voy a tener que ir al gimnasio cuando regrese a la CDMX….! #Yucatán #Gastronomia @UNESCOMexico @RenanBarrera pic.twitter.com/JUtLQCOF9F
— Corin Robertson (@CorinRobertson) January 22, 2020
Los diplomáticos en cuestión, están rompiendo paradigmas en los procesos de comunicación diplomática, y están logrando tanta empatía, que los mexicanos hasta los invitan a comer a su casa o les enseñan palabras, recomendaciones o dichos propios del país. Su secreto es generar y mantener una conversación positiva con los internautas.
Estos ejemplos del buen uso en las redes sociales de figuras diplomáticas, nos permiten determinar que el éxito está en encontrarse en un espacio común: las redes sociales que están prácticamente al alcance de todos, y que fortalecen el uso de un lenguaje sencillo y entendible para las audiencias.
El éxito radicará en que la esencia personal de los diplomáticos, sea congruente con imagen que buscan proyectar y con la percepción que están generando a través de las redes sociales.
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*José Manuel Urquijo fue ganador del Napolitan Award 2017, y es miembro activo de MPR Group.
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La convocatoria abierta hasta el 15 de Febrero a la media noche. (Hora del este o Washington, DC)
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