En el último número de la Revista El Ciervo, en la sección titulada Trasfondo, se dedica un especial al poder de las palabras con distintos contenidos en los que he contribuido con mi aportación, junto a:
Diccionario de engaños. Nicolás Sartorius; Voces que crean realidad. Paz Battaner; Ningún lenguaje es inocente. Ramón Andrés, Daniel Gamper Sachse, Antoni Gutiérrez-Rubí, Fernando, Aguilera Luna, Manuel Arias Maldonado e Isabel Clara Lorda.
En mi caso, se me pidió seleccionar y definir tres palabras, que comparto a continuación:
- Infodemia (epidemia de información, como el coronavirus)
La infodemia podemos definirla como un cúmulo de datos publicados por los medios de comunicación o redes sociales y convertidos en un proceso patológico que se comporta como una enfermedad. Es la primera epidemia de las redes. La infodemiaes la perversa combinación de rumorología y noticias falsas acompañadas de un mensaje de odio hacia la comunidad china, a la que se identifica como los transmisores patógenos del coronavirus o Covid-19. - Pin (de la insignia, al pin, llegando al “pin parental”)
La ofensiva política alrededor del ‘pin parental’ es un ensayo general y pone de manifiesto la importancia del ‘framing’, del enmarcado conceptual, de las palabras metafóricas o portadoras de una imagen comprensible. El ‘pin’ es algo que es percibido, pues, como un permiso de los progenitores, como el que concedemos en algunos ordenadores. Esta visión (este marco mental) a favor de la elección como padres y madres responsables supone una victoria política, en este sentido, para sus impulsores. - Nacionalidades (de la versión “ambigua” de la Constitución… a la versión unitarista…)
La ambigüedad en política no siempre es negativa, al contrario. En nuestra Transición y en el Pacto Constitucional la palabra nacionalidad permitió un acuerdo de sobreentendidos y matices calculados. Cada “parte” pudo interpretar que la otra aceptaba más de lo que realmente hacía. Pero este mutuo consentimiento de expectativas puede ser muy útil para el pacto, el diálogo y el acuerdo.
Fuente: gutierrez-rubi.es