Por Jessica Osorio
Mel García es una consultora de imagen y conferencista al más alto nivel cuya persistencia y talento le han hecho destacar en ámbitos clave de la industria, haciendo de ella una de las mujeres más influyentes de la comunicación política en 2017 y ser acreedora a un Napolitan Victory Award.
Esa capacidad y experiencia también la hace referente líder en la planeación y generación de proyectos exitosos, situación que también ha inspirado a nuevas generaciones quienes ven en ella liderazgo y empatía.
En esta entrevista con Washington COMPOL, García nos muestra cómo abrir puertas, lograr sinergias y lo que se espera de la clase política en la presente coyuntura.
Si tuviera que describir la clave del éxito en la industria política en una palabra ¿Cuál sería?
Persistencia. Creo que en todos los ámbitos, para tener éxito, hay que intentarlo mil veces. De muchos fracasos se aprende para conseguir una victoria. En ocasiones, un político cosecha muchas derrotas hasta conseguir ser electo, o, en nuestro ámbito de la comunicación política, hay que construir un camino hasta llegar a posicionarse y nunca desistir…
Según su experiencia, ¿qué parte de la asesoría política es la que más cuesta desarrollar en el cliente?
Trabajar con políticos no es una tarea sencilla, son en su mayoría líderes innatos, con ideas fuertes y rodeados por asesores con múltiples opiniones. La parte más difícil es que escuchen y acompañen la estrategia trazada.
¿Cuáles son los principales retos por región, de acuerdo a su experiencia?
Creo que uno de los principales retos en Latinoamérica es superar la corrupción, hay avances, muchos políticos están cumpliendo penas o transitando procesos. Somos democracias incipientes aún.
Considero importante que los jóvenes estudien y se interesen por la política, son las nuevas generaciones quienes estarán en el comando en un futuro próximo. Casi no veo políticos asumiendo en cargos públicos con un plan de gobierno con propuestas concretas, eso acaba perjudicando luego, cuando se gobierna de manera improvisada. Esos son algunos problemas que debemos superar.
Durante su carrera como consultora política ¿cuál considera que es el reto más grande que ha tenido?
El ser mujer todavía es un desafío en algunos ámbitos profesionales. Pese a que hemos avanzado mucho, aún los lugares de relevancia en toma de decisiones los hombres son mayoría, en una campaña política por ejemplo, es difícil que una mujer tome el comando.
En Estados Unidos tuvimos el caso exitoso de Kellyanne Conway como jefe de campaña de Donald Trump. Tenemos que demostrar competencia y esforzarnos más para llegar a puestos que normalmente son ocupados por hombres y hasta en la remuneración está comprobado que las mujeres ganan menos, o sufren algún tipo de acoso.
Por suerte estamos cambiando esa realidad y estamos alcanzando esos logros. La coordinación general de una campaña política sin duda fue mi mayor desafío.
A su criterio, ¿qué deben tener en cuenta quienes inician en este campo profesional?
La consultoría política ha crecido mucho en los últimos 20 años. Se profesionalizó. Antes era difícil encontrar bibliografía o era poca la oferta académica. Hoy ya transitamos la fase de la especialización.
Quienes se inician deben buscar en qué parte de la consultoría les interesaría destacar y trabajar ese nicho, ser reconocidos por su especialidad y trabajar para producir novedades que siempre son bienvenidas en el mercado.
La globalización también ayuda y nos abre un mercado global para ofrecer nuestros productos y servicios; eso abre infinitas posibilidades laborales y ya no estamos restrictos a un mercado local, debemos ampliar los horizontes.
¿Considera que las herramientas tecnológicas han cambiado la manera de hacer política? ¿Puede describir por qué?
Sin duda. Tiempo atrás cuando hacíamos campaña, la televisión era el principal objetivo y a lo que se brindaba más atención. Hoy producimos contenido segmentado para redes sociales, de preferencia, en formato de video. Tanto consultores como políticos deben conocer y manejar estas herramientas.
Un político debe comunicarse con la gente y buscar la interacción por estos nuevos canales. Vivimos bombardeados por imágenes e información y esto nos hace más selectivos a la hora de consumir contenidos.
La interacción con la gente debe ser constante, en el día a día, las personas en los stories de Instagram por ejemplo, no observan el político, observan el ser humano, su marca personal, qué cocina, consume y su rutina.
¿Qué debilidades observa en los equipos de consultores al más alto nivel?
Hay sobreexposición de los consultores. Me gusta más el perfil bajo de grandes nombres de la consultoría con quien tuve el gusto de trabajar y aprender. No debemos olvidar que prestamos un servicio de comunicar de la mejor forma posible, planes de gobierno, acciones, políticas. Esa debe ser nuestra prioridad.
¿Hasta qué punto es la imagen más importante que la esencia en un primer encuentro profesional?
La imagen es muy importante pero en su conjunto. Eso significa, causar una primera buena impresión pero no solo en la apariencia, sino en la esencia.
Una buena sonrisa abre puertas, genera confianza y empatía. La seguridad personal, un saludo correcto, la autoconfianza todo esto genera ya un buena predisposición, una buena energía para entablar cualquier tipo de relación. Tenemos que saber quiénes somos, a qué vinimos.
Si tenemos en claro nuestra esencia la transmitiremos bien.
Eso es, en resumen, una buena imagen personal para nuestra imagen pública.
¿Cómo describiría sus retos para el futuro?
Soy una generadora de proyectos. Estoy abocada en este momento a la organización del Argentine Election Tour y luego hay otros proyectos en marcha para el próximo año.
Seguir estudiando siempre está en la agenda, el aprendizaje es constante. Tengo muchos sueños aún por cumplir en el ámbito profesional, todos los que me conocen saben que tengo una frase: “cuidado con lo que sueñas porque puede volverse realidad”, así que a todos mis colegas, familiares y amigos, los motivo siempre a seguir soñando porque ¡todo es posible!
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