Por: Luis Arroyo
La política tiene un sustento bioquímico?
Sin duda. La política es la protección de los nuestros y el dominio sobre el adversario.
Hablemos de dominio.
La victoria electoral produce la misma excitación que ganar al bingo. Hay un estudio que demuestra que en los estados donde ganó Obama esa famosa noche del 2008 se dispararon las visitas a páginas pornográficas de internet.
Subidas de testosterona.
Efectivamente, la victoria y el dominio producen la misma química. Y el macho alfa humano trabaja en un debate electoral como el alfa de los lobos con su manada.
¿Cuál es la relación entre autoridad y promiscuidad sexual?
Hay un estudio sobre mil líderes del siglo pasado que demuestra que la media de relaciones sexuales de los líderes, especialmente de los dictadores y sátrapas, es muchísimo más alta que la media de su población.
El que manda, o la que manda, tiene más acceso sexual.
Sí. Otro estudio demuestra que el más alto ha dominado en los debates electorales el 70% de las veces, y la talla media de los presidentes es generalmente mayor que la de sus súbditos. En EE.UU., cinco centímetros.
Pero cuando los pequeñines se ponen…
Sí, pero se encargan de que no lo parezca: alzas, como Sarkozy; pelucas, como Luis XIV; taburetes, como Franco.
A Sarkozy lo machacaron con eso.
El liderazgo es muy contextual, puedes ser un héroe hoy y mañana un villano; lo vemos todos los días. Rajoy no era nadie hace cuatro años y Zapatero era ese presidente de mirada limpia, cercano, que en un contexto de crisis se vino abajo. Bush era un excelente comandante en jefe en el 2004 y en el 2008 acabó con un 17% de popularidad.
¿De qué se trata?
Has de tener bien claro cuál es tu relato y que se ajuste al estado de ánimo de la población. La esencia de la política es la narrativa, las emociones insertas en las iniciativas políticas, y has de poner en escena esa narrativa de manera constante y tenaz.
¿Respondemos a los mismos símbolos y relatos a lo largo de la historia política?
El palacio, el atril es el risco en el que se sienta el chimpancé alfa en el zoo. El protocolo público, el besamanos, los mítines responden a la escenificación del poder.
¿El protocolo también es cosa de simios?
El chimpancé muestra las manos y agacha la cabeza ante el líder. Nosotros hacemos pequeñas reverencias, esperamos callados, nos ponemos en línea para ser saludados.
…
Se ha analizado el espectro de voz, volumen y entonación de Larry King, el famoso entrevistador de la CNN, comparándolo con el de sus invitados. Los más carismáticos dominaban. Ante los más débiles, dominaba la voz de King. Igual que el alfa de los lobos.
¿Por qué todo se resume en derechas e izquierdas?
A lo largo de la historia siempre ha habido esos dos grandes imaginarios, y probablemente estamos diseñados así para que haya una fuerza de progreso, más audaz y libertaria, y otra conservadora que contiene, que mantiene la unidad, el orden de las cosas, el como Dios manda.
Las crisis nos hacen conservadores.
Sí, está demostrado; y más patriotas, cerrados, nacionalistas, autoritarios (la sociedad exige mano firme). Y más proclives a la trascendencia, no sólo más religiosos, también más supersticiosos. La gente juega más y hay una búsqueda de superhéroes. ¿Cuándo nacen Superman y Batman?
¿En la Gran Depresión?
Inmediatamente después: entre las dos guerras mundiales y justo después de la Gran Depresión, porque la gente necesitaba referentes de fuerza.
La opinión pública ¿es siempre previsiblemente estúpida?
Optamos por lo que los psicólogos llaman atajos heurísticos: si me lo dice alguien en quien confío, me lo creo; si me lo dice este político que a mí me gusta, me lo creo.
Entonces, la política es más emotiva que racional.
Si aplicamos el concepto de racionalidad limitada, sí lo es. La gente prefiere que le traduzcan los datos a emociones básicas con las que identificarse. Si haces una foto de la blogosfera, ves que izquierdas y derechas tienen sus zonas y que no interactúan. Es una constatación de la polarización de la gente.
Nos cuesta cambiar de opinión.
Mucho, y hay estudios sobre eso: cuando reúnes a los que creen que Obama no nació en Estados Unidos (una cuarta parte de la población) y les muestras todas las pruebas de que nació en Hawái, salen más convencidos todavía de que nació en Kenia. Cuanto más informados, más polarizados.
No tiene sentido.
No lo tiene si seguimos manteniendo el mito de la Ilustración de un ser humano frío que espera ver para creer. Es al contrario: el ser humano primero cree y luego ve.
Ilógicos.
Mentimos unas siete veces al día, pero si dijéramos siempre la verdad, sería invivible. Somos maleables. Tenemos dos sistemas: uno rápido e intuitivo, y otro lento y racional, como la colita del perro y su cerebro. Lo primero que se mueve es la colita, luego viene el cerebro. Nuestro primer sistema es la intuición. Elegimos y luego justificamos.
·······················
Compra el libro en Amazon.es:
El poder político en escena: Historia, estrategias y liturgias de la comunicación política
Fuente: LaVanguardia.com