Terminó la elección intermedia en los EE.UU, pero al siguiente día, comenzó la campaña por la Presidencia

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Republicanos - Marketing Político en la Red

El objetivo principal de los Republicanos es impedir que Barack Obama sea re-electo.

WASHINGTON, D.C. Por Silvia Pisani.- Hasta hace poco no se atrevían a decirlo en voz alta. Pero después de la “paliza” electoral que le dieron a Barack Obama en las elecciones legislativas del martes pasado, y con un pie puesto ya en la conducción de la Cámara de Representantes, los republicanos se preparan para dar el salto final sobre la Casa Blanca dentro de dos años.

“Nuestro objetivo es impedir que Obama cumpla un segundo mandato”, es el lema de guerra que enarboló el líder republicano del Senado, Mitch McConnell.

La declaración fue como una campana de largada para sincerar una carrera de aspirantes -hasta hace sólo días, soterrada- y que, apenas “salió del armario”, tiene media docena de anotados. Todo un récord para estos tres días de vida al aire libre. Un primer cómputo dice que, para 2012, el bando republicano tiene un racimo variopinto de precandidatos, a cuya cabeza galopa -aunque no necesariamente con más entusiastas detrás- la combativa Sarah Palin. “Veo la Casa Blanca desde mi ventana”, dijo la mujer de Alaska para dejar en claro que no está dispuesta a quedar fuera de quiniela alguna.

Palin Huckabee Romney

Mitt Romney . El ex gobernador de Massachusetts está segundo en la preferencia de los republicanos para competir en 2012; hoy aventaja a Obama 50 a 45%. Sarah Palin . Según sondeos, Obama sólo conseguiría su reelección si su rival fuera la ex candidata republicana a la vicepresidencia en 2008. Mike Huckabee . El precandidato a la Casa Blanca en 2008 es el favorito de los republicanos para enfrentar a Obama en 2012; lo superaría 52 a 44%.


El problema para ella es que no está sola; la competencia abruma. Como los hermanos de la serie Bonanza, galopan, junto a ella, un puñado de líderes republicanos de nombre menos resonante, pero que están convencidos de tener más derecho que la dama del Tea Party para el primer puesto en la carrera.
Están entre ellos Newt Gringrich, el arquitecto de la victoria legislativa republicana de 1994, y una serie de gobernadores de reconocida gestión, como Mitt Romney, de Massachusetts; Tim Pawlenty, de Minnesota, y Haley Barbour, de Mississippi.
Una encuesta de CNN dice que, entre ellos, el más popular es el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee, ultraconservador, quien ya fue aspirante en las internas de 2007.
¿Será alguno de ellos el adversario de Obama para 2012? “Esto apenas empieza, pueden ocurrir muchas cosas. Lo malo es que será una carrera muy larga, con enorme esfuerzo en recaudación de cada uno de los aspirantes”, previno Michael Gerson, en una columna de The Washington Post .
De modo que -hasta ahora- lo único claro es que del lado demócrata, el candidato será Obama. “No es imaginable en este momento que alguien dentro del partido levante la mano y se postule como aspirante”, sostuvo Silvio Waisbord, académico de la Universidad George Washington, en diálogo con LA NACION.


La advertencia viene a cuento de cierto germen de canibalismo que la derrota demócrata disparó dentro del partido. Junto con eso, se renuevan las presiones para que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se largue a la carrera por la Casa Blanca en los dos años que quedan. “No, yo ya he dicho que no me postularé”, se vio obligada a decir la funcionaria, al ser consultada, en plena gira por Asia, sobre una eventual candidatura a partir de la derrota de su partido, el martes último. “Yo no seré la primera mujer presidente, pero estoy segura de que alguien lo será”, añadió, riendo.

Ella no lo dijo, pero su negativa no alcanza a la posibilidad de integrar como vicepresidenta la fórmula de reelección de Obama, en reemplazo del desdibujado Joe Biden. “Esa es una alternativa que tiene muchas posibilidades”, opinó el periodista Bob Woodward. Dentro del Partido Demócrata se da por seguro que habrá “presiones” para nominar a Hillary en la fórmula. “Obama la necesita, no sólo a ella, también a [el ex presidente] Bill Clinton”, indicaron a LA NACION fuentes locales.
Los republicanos, en tanto, tejen su ofensiva, convencidos de que pueden reeditar para Obama la experiencia de Jimmy Carter, quien sólo cumplió un período en la Casa Blanca y hoy es recordado como “mejor persona que presidente”.

Obama Hillary

El único candidato demócrata viable es Obama. Hillary Clinton, sería la mejor opción como su acompañante de fórmula para enfrentar a los republicanos.

“Una cosa es de lo que hablan. Y otra es lo que consigan. No hay que olvidar que las elecciones legislativas son, por tradición, muy duras para el gobierno -previno Waisbord-. Ahora hay mucho ruido, pero es lo normal en comicios legislativos, en que aquí es habitual que se castigue al partido del gobierno.”
La interpretación del voto es todo un tema en este país. Viene a cuento la humorada de Bill Clinton en ocasión de la confusión que se generó con los comicios de 2000, convocados para sucederlo. “Hoy el pueblo ha hablado, pero nos llevará algún tiempo saber qué quiso decir”, ironizó el ex presidente, cuando el cómputo de los resultados abrió una disputa sin fin, zanjada, finalmente, cuando George W. Bush asumió la presidencia.
País de centros
La correcta lectura del voto y los sondeos son materia de peso al elegir aspirantes. Por ejemplo: ¿qué fue la “paliza” del pasado martes, un voto para los republicanos o un voto en contra de los demócratas? ¿Repudió por completo el resultado el programa de Obama o fue una expresión de rabia contra los malos tiempos?
“De todo eso depende saber qué tipo de candidato tiene más chances”, dijo John Voyteck, analista político de la Universidad de Colorado. Y eso tiene que ver, también, con la irrupción del Tea Party. ¿Están dispuestos los norteamericanos a confiar en alguien ultraconservador? ¿O preferirán alguien más de centro?
“Este es un país de centros. Y, en tal sentido, por mucha fuerza que coseche el Tea Party, es difícil imaginar a uno de sus candidatos sentado en la Casa Blanca”, añadió. Eso sería sintomático para Sarah Palin, quien desde que entonó su “soy rebelde”, le tomó el gusto a la insurgencia contra Washington.
“Los estilos como el del representante Morgan Griffith, que ganó su banca por Virginia prometiendo que marcharía sobre Washington ?con un bate de béisbol en la mano para poner orden´, sirven en la campaña. Pero no son los mejores para gobernar”, coincidió, en declaraciones a The Washington Post , Craig Shirley, un consultor político local.
De ser eso cierto, ¿queda el Tea Party excluido de la carrera? Es temprano para decir nada: la margarita apenas empieza a perder pétalos. Pero, a estas alturas, por lo menos, hay quienes miran con interés al ascendente senador electo Marco Rubio, como una figura capaz de reunir la adhesión del Tea Party, la prédica contra el gasto público y, al mismo tiempo, el pragmatismo de la supervivencia.
Un experto en lides republicanas recorrió el espinel de los aspirantes. Y a todos les encontró algo. De Gringich, que quedó desprestigiado cuando se le encontró una amante mientras perseguía a Clinton por su affaire con Mónica Lewinsky. De Rommey, que podría jugarle en contra el hecho de haber impulsado en Massachusetts un sistema de salud parecido al de Obama. De Huckabee, un celo religioso que podría trabar su conexión con sectores independientes. Entonces, ¿quién? El consenso es que el candidato tendrá que sintetizar la moderación del centro sin decepcionar a los del Tea Party, que gritan “abajo Washington”. Cuando es, paradójicamente, el sitio al que quieren llegar.

Fuente: La Nación