Por: Ángela Paloma Martín
La cartelería de la campaña en apoyo a Hillary protagoniza toda la decoración del hogar: la escalera, las estanterías, las mesas, las esquinas… Y aún queda espacio para colgar alguna que otra piñata que imita a Donald Trump, que no tiene otro destino que recibir algunos golpes entre risas.
`House to house´: así se movilizan
Diferentes personas voluntarias y anónimas en apoyo a Hillary van llegando a la casa, se saludan entre el inglés y el español, se presentan los que son desconocidos y charlan de política, activismo y derechos entre bocado y bocado, tragos de vino, refrescos o agua. Alguien lleva empanadas, otros galletas, la anfitriona no para de sacar comida… No todos comparten la misma profesión, pero sí comparten un mismo fin con el mismo entusiasmo: ayudar a ganar a Hillary Clinton la presidencia de los Estados Unidos. El objetivo esa tarde es inspirar, motivar y movilizar el voto latino -y especialmente el voto latino femenino- en Estados Unidos, y más concretamente en esa zona de los Estados Unidos: Virginia.
Existe la figura del organizador, remunerado por el partido Demócrata
Celebran microactos en casas de lunes a domingo, todos los días y en todos los estados. Existe la figura del organizador, remunerado por el partido Demócrata. El organizador tiene la obligación de captar voluntarios -que trabajan de manera gratuita- capaces de ayudar bajo el marco de diferentes compromisos: movilización del voto, inscribir a votantes, apoyar en comunidades, apoyar y crear portavocías locales…
¿Por qué en casas? La gente que se acerca a las casas vive una experiencia más humana, más cercana, donde la emocionalidad de ser invitado a un hogar suele potenciarse, y donde los discursos en torno a las problemáticas sociales cobran más vida. Aquellos que llegan están invitados por el organizador y son personas con cargos políticos o institucionales, por norma general, activistas o representantes de organizaciones. El número alcanza las 50 personas pero no todas están todo el tiempo. Al final se suelen quedar alrededor de 30 personas con la ilusión de escuchar diferentes discursos que siempre llegan al final de la tarde.
Palabras que inspiran
Esa tarde de agosto, alrededor de las ocho, y cuando ya la noche empezó a dar señales de un nuevo tiempo, Allida Black, la cofundadora del movimiento Ready for Hillary, rompió el hielo con unas palabras cargadas de sentimiento e ilusión, empleando como forma la comparación de los derechos que defiende Hillary con la ruptura de los mismos que conseguiría Trump de llegar a la presidencia. Sus palabras provocaron varios aplausos, varias afirmaciones dibujadas en los rostros de muchos y varias preguntas maquilladas de consentimiento hacia lo que acababa de compartir.
El partido demócrata tiene portavoces y protagonistas repartidos por todos los lugares del país
Lorella Praeli fue la siguiente en intervenir. Ella es laDirectora Nacional del Voto Latino para la campaña de Hillary Clinton. A diferencia de Allida, arrancó gritos de apoyo al unísono bajo la consigna de #JuntosSePuede. Exclamaciones, voces y aplausos. Provocó con sus palabras que a más de uno se le pusiera el vello de punta, y no paró de pedir la participación para el grito común de apoyo a Hillary. Sus palabras estuvieron más enfocadas a visibilizar la problemática de los latinos y las carencias de las mujeres latinas en Estados Unidos. Mucho trabajado ya, sí, pero todo por hacer.
Da igual los cargos que ocupan o su responsabilidad, van de casa en casa, algunos con escolta, todos los días. El partido demócrata tiene portavoces y protagonistas repartidos por todos los lugares del país con el sentimiento de hacer posible un cambio en la historia de los Estados Unidos.
Así trabajan
Esto solo es posible con un trabajo minucioso, mucho orden y una cantidad ingente de personas que colaboran con el mismo fin. Los organizadores y los voluntarios tienen la obligación de hacer un reporte diario del trabajo realizado y lo que han conseguido, y enviarlo -sí, todos los días- a la central del partido en Nueva York. Es mucha información la que se genera a diario, pero es verdad que trabajan muchas personas detrás y existe una gran organización de los equipos. Solo con este trabajo extremo de los organizadores y voluntarios tienen conocimiento del éxito de la movilización y del cumplimiento de los compromisos. Pero también tienen conocimiento de aquellos Estados donde son más débiles, donde existe una menor movilización o donde no cuajan las actividades de los organizadores o los voluntarios. Y del mismo modo que trabajan por pasión muchas personas, también salen otras por no conseguir los resultados esperados.
Las campañas, al fin y al cabo, las ganan los equipos. Como diría Margaret Mead: “un pequeño grupo de ciudadanos comprometidos pueden cambiar el mundo. De hecho son los únicos que lo han logrado”.
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Fuente: bez.es