Por: René Palacios
Corría el año 2006 y era verano en los Estados Unidos. El entonces Senador por el Estado de Virginia, George Allen, estaba a punto de empezar uno de los tantos eventos a los que deben asistir los candidatos cuando empieza la temporada de campañas electorales. Está tranquilo porque sabe que, hasta el momento, su nombre encabeza los sondeos para renovar su escaño por seis años más.
Allen no es un improvisado. Antes de ser Senador fue miembro de la Cámara de Delegados, Congresista y Gobernador. Un político de carrera, podría decirse.
El mitin, que se llevaba a cabo en Bricks, una comunidad ubicada al sureste del Estado cerca de la frontera con Kentucky, había empezado bien. Allen hablaba de tener“una campaña con ideas positivas y constructivas para Virginia”. Sin embargo, en un momento, Allen advierte que un joven que trabajaba como voluntario en la campaña de su principal oponente, el demócrata JimWebb, ha comenzado a filmarlo. No era la primera vez. De hecho,Shekar Ramanuja Sidarth, un joven de origen indio que había nacido en los Estados Unidos, había seguido a Allen durante cinco días por sus eventos para tener un registro de sus palabras. Una práctica habitual en cualquier campaña americana.
Allen, ofuscado al advertir que la cámara se prendía una vez más, no aguantó sus ganas y dijo: “Este hombre que está aquí con camiseta amarilla, Macaca, o como sea su nombre, está con mi oponente. Él nos sigue a todas partes y es simplemente genial. Vamos a lugares de todo Virginia y el está ahí, captando todo en película. Es genial tenerte aquí y que se lo enseñes todo a mi oponente, ya que él nunca ha estado aquí y probablemente nunca llegará (…). Vamos a darle la bienvenida a Macaca aquí. Bienvenido a los Estados Unidos y al mundo real de Virginia”.
Mientras el Senador hablaba, los casi cien asistentes al evento festejaron su diatriba con una estruendosa risa. Todos los partidarios de Allen eran blancos. Todo había quedado filmado con la lente de la cámara de Sidarth.
En tan solo unas horas, el video fue subido a la webYoutube, que había nacido solo un año antes por iniciativa de un par de empleados de Paypal. En tan solo unas horas, las palabras de Allen habían sido reproducidas cientos de miles de veces y los medios tradicionales se habían hecho eco de las polémicas declaraciones. Era una noticia nacional.
Ya nada sería igual para el Senador. Enmarañado en una pelea nacional con movimientos antirracistas y con una lenta reacción de su equipo de campaña, la campaña de Allen fue perdiendo terreno en la opinión pública y el republicano terminó perdiendo su escaño en las elecciones de noviembre. El novato Jim Web lo derrotó por un escaso margen de 9.329 votos.
Allen que, en ese momento, aspiraba a ganar para jugarse una carta como candidato presidencial en las elecciones de 2008, nunca pudo recuperarse. Incluso en las elecciones siguientes, durante el año 2012, todavía continuaba pidiendo disculpas por un incidente que mostró, por primera vez en la historia de las campañas electorales, los cambios que se producían por la revolución en que las personas podían producir, consumir y distribuir información.
El “Macaca moment” es, a partir de ese momento, la primera escena de una película que tiene todavía muchas historias que contar y donde los ciudadanos ya dejaron de ser meros espectadores para convertirse en protagonistas ineludibles de un cambio de época en la comunicación de los políticos con la gente.
Fuente: Blog de René Palacios