Lenguaje corporal. Uno de los factores más importantes es la comunicación no verbal, la postura y los movimientos corporales deben reflejar seguridad y propiedad sobre lo que se está exponiendo, los gestos deben marcar énfasis con lo que se está diciendo.

Tono de voz. En cuanto al uso de la voz es fundamental controlar las pausas y hacer cambios de tono para conservar la atención del auditorio.

Mirada al público y sonreír. Es preponderante fijar siempre la mirada en las personas que conforman el auditorio, interactuar con las mismas y sonreír, esto hará más ameno el discurso y creara un círculo de confianza entre el expositor y los asistentes.

Ensayar antes. La mejor improvisación es la que se ensaya, un discurso denota coherencia cuando el orador muestra claridad con lo que expone, esto se logra a través de la experiencia y la preparación interiorizando el cuerpo del mensaje.

Contar historias. El storytelling es la técnica de saber contar anécdotas, una buena historia en la apertura ayudará a centrar la atención del auditorio y consigue despertar las emociones del mismo.

No hacer uso de la memoria. La memoria falla y abre la puerta al desequilibrio de la exposición, por ello es recomendable concentrarse en las ideas principales del inicio, del cuerpo y del cierre para desarrollarlas a cabalidad y con total coherencia.

Fuente: Blog de Jamer Chica