Oswaldo Moreno: El espacio del joven en la política

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Por Redacción Reflexus

El interés de los jóvenes en forma individual ha bajado considerablemente; se sienten cada vez menos identificados con todo lo relacionado al manejo de la cosa pública y la política es un tema ajeno a ellos, dando la impresión que dejan la política a los políticos.”

Asi se manifesto en la revista “PODERES” Oswaldo Moreno Ramírez sobre los jovenes en la política, artículo que ponemos a continuación:

ADVERTENCIA

Inicio este análisis explicando la dinámica que he mantenido a lo largo de mi producción académica, haciendo uso primordial de citas, teorías y estudios de autores hispanoparlantes como una manera de contribuir a la construcción de un marco teórico encaminado a la solución de los grandes problemas nacionales de nuestros pueblos, considerando que las soluciones están en ellos, aunque respetando sin duda el legado de los grandes pensadores del mundo no hispano.

EL ESPACIO DEL JOVEN EN LA POLITICA

En más de una ocasión escuchamos frases de optimismo con respecto al futuro de la conducción de la nación cuando ésta esté en manos de quienes hoy son jóvenes; sin embargo, vale detenerse a pensar en lo que representa ser joven hoy, y las percepciones que se tenían antes.

Recordando un poco la historia es importante tomar en cuenta: Sucre fue el gigante de Ayacucho cumplidos los veintisiete años, Flores fundaba la república del Ecuador a los treinta, y García Moreno, asumía la jefatura de la nación muy joven también.

Sin embargo para un hombre considerado joven (18 – 35 años) la realidad del siglo XXI le exige ciertos parámetros que no requerían los personajes antes mencionados. Hoy, para estar en la línea de partida del mundo moderno y competitivo, se deberá cursar por lo menos un promedio de veinticinco años en las aulas (escolaridad, colegiatura, universidad, postgrado, etc.); la expectativa de vida de un hombre -especialmente en Occidente- se duplicó; todo esto sin contar con la velocidad de la información en los temas que hoy marcan la agenda diaria.

El nuevo elector latinoamericano es marcadamente individualista y esa actitud tiende a agudizarse.[1]

El interés de los jóvenes en forma individual ha bajado considerablemente; se sienten cada vez menos identificados con todo lo relacionado al manejo de la cosa pública y la política es un tema ajeno a ellos, dando la impresión que dejan la política a los políticos.

Muchos de los nuevos electores son críticos radicales del orden establecido, pero no tienen ningún interés en transformarlo, al menos dentro de sus propios parámetros. Rechazan las tesis que se debaten dentro del paradigma, sean “socialistas” o “neoliberales”, por que están fuera de su lógica.[2]

En la mayoría de estudios de opinión pública, encuestas, focus group, entrevistas a profundidad, se nota un serio desinterés y descontento con la política; esto podría explicarse, al menos en nuestro país, tomando en cuenta la decepción con la clase política en los últimos veinte años, que se fue fortaleciendo con la inestabilidad institucional y sus consecuencias: feriado bancario, desgobierno y un desmedido desigual reparto de la riqueza.

Habiendo aprendido sus valores en una familia en crisis, viviendo una democracia de masas, hijos de la televisión y la Internet, el nuevo ciudadano tomas sus decisiones políticas ante si mismo, con una independencia respecto de su entorno social en el que nunca tuvieron a sus padres. En está época, esa autonomía se incrementa cada día, más allá de las fronteras físicas, culturales y éticas de antaño.[3]

Si bien es cierto la democracia no solo se resume en elecciones, es indispensable la participación de todos los actores en este mecanismo democrático. Los resultados de una elección y la correcta gestión de gobierno legitiman la acción gubernamental, lo cual hace importante la participación electoral de los jóvenes, especialmente por el elevado porcentaje que este grupo etario-cultural representa en el total del padrón electoral, sobretodo en países con alta población joven como sucede en América Latina.

JOVENES EN REGIÓN

En los países de la región es similar la situación: el espacio otorgado a los jóvenes varía de acuerdo con las circunstancias y las demandas de la sociedad. Sin embargo es necesario entender a los jóvenes como un actor o grupo social; si bien pueden tener un comportamiento de afinidad momentánea con algún tema que les interese o figura política, en la mayoría de los casos su actuación se da como un grupo o actor sin nombre o rostro identificado.

En América Latina la sociedad no ha dejado de ser afectada por las transformaciones sociales o grandes eventos mundiales como los hechos de la primavera del 68 en Francia[4] que sin duda marcó un antes y un después en materia de participación política y acción social juvenil, al punto que autores como el historiador Eric Hobsbawm datan en esa época el nacimiento del “moderno concepto de juventud”[5].

Sin embargo, no ha existido en nuestros tiempos un fenómeno o un evento que genere adhesión a nivel mundial que no sea en meros comportamientos comerciales o de hábitos.

En Venezuela, por ejemplo, en la primera derrota a nivel nacional del chavismo, estos actores incidieron en el resultado, teniéndose a la vista una adhesión de la sociedad a los jóvenes en ese momento; en este caso la misma clase política venezolana terminó sumándose a ellos, pero no a un personaje en particular si no al conglomerado social que representaban.

El movimiento estudiantil gozaba de algo que la oposición venezolana no contaba: GENTE NUEVA, caras nuevas. Un estudiante, lo último que puede parecer es asalariado de la CIA o golpista; la mayoría de sus actuales cabezas visibles, durante el golpe de estado fallido, estaban todavía en el colegio. No se debe dar la misma lectura al mandato de “Guayaquil” pues en el caso venezolano la clase política se sumó a los estudiantes, no los estudiantes a la clase política.[6]

En la Argentina, durante la dictadura, gran parte de los desaparecidos promediaba los veinticinco años, donde hasta el día de hoy sus madres y abuelas generan noticia.

En Chile, un actor político de treinta y cinco años llego a un interesante tercer lugar, sin embargo su agrupación no obtuvo ningún escaño en el parlamento, esto nos indicaría un caso notable de un liderazgo individual.[7]

Lastimosamente en varios de los eventos de trascendencia en nuestros países, los grupos de jóvenes han sido objeto de represión especialmente visible, cuando este grupo social ha salido a las calles a protestar por los temas que han considerado afectan sus intereses.

EN EL ECUADOR

En nuestro país, desde la aparición del fenómeno Correa está clara la lectura de que la sociedad vive un ambiente de “relevo” generacional, que desde mi perspectiva representa una demanda a todo nivel: gremial, empresarial, medios de comunicación, etc.

Los partidos y movimientos políticos no han dado ni dan el espacio necesario a los pocos jóvenes que sí muestran interés, y de dárselo, generalmente se trata de “cuotas” o figuras de captación mediática, deportistas, artistas, hijos de dirigentes, en fin, muy pocos auténticos “cuadros” políticos.

Son pocas las fuerzas políticas que han dado un espacio considerable a los menores de cuarenta años, existiendo grupos y cuadros que se perfilan como posibles actores en la era post-Correa como lo es el grupo Ruptura de los Veinticinco,[8] el Partido Roldosista Ecuatoriano y María Cristina Kronfle. En el primer caso, dicho grupo ha logrado captar espacios dentro del oficialismo a nivel político y gubernamental con cuadros jóvenes con formación; el partido roldosista, a su vez, tiene un grupo de asambleístas que la mayoría no supera los treinta años[9]; y en el caso de la asambleísta Kronfle[10] de las filas Social Cristianas, resulta un cuadro digno de tomar en cuenta por constituir un caso atípico dentro de esa organización.

Vale la pena nombrar la experiencia de la provincia del Azuay. En “Cuenca sociedad pacifica que trabaja afanosamente, inspirada en su conducta en principios éticos, cumplen las leyes, respetan las instituciones y emprenden innovadoras empresas”[11] la sociedad ha elegido dignatarios locales menores de cuarenta años, militantes casuales del oficialismo en el proceso de aglutinamiento de los movimientos de izquierda realizado por el presidente Rafael Correa[12].

La sociedad exige cambios y son los jóvenes los llamados a realizarlos. Deben de entender quienes hoy ejercen el poder que esta nueva generación maneja otros valores y preocupaciones que deben ser tomados muy en serio, caso contrario difícilmente las próximas generaciones de gobernantes escaparán a un nuevo fracaso.

Oswaldo Moreno Ramírez

[1] Jaime Duran Barba, Mujer, sexualidad, internet y política Los nuevos electores latinoamericanos. Fondo de Cultura económico. Pág. 114. México 2006.

[2] IDEM Pág. 99.

[3] IDEM Pág. 115.

[4] Ingresa la policía en la Sorbona el 3 de mayo de 1968 para desalojar a unos 300 estudiantes, reunidos para protestar contra el cierre de otra universidad, la de Nanterre (afueras de París), evento que inicio el movimiento que finalizados los sesenta sacudió a la sociedad francesa y recorrió otros continentes. Era la rebelión contra el orden establecido.

[5] Eric Hobsbawm, Historia del Siglo XX. Crítica. Madrid 1995.

[6] Oswaldo Moreno Ramírez, Constituyente, Venezuela. Análisis de la derrota de Chávez, http://oswaldomorenoramirez.blogspot.com/2008/03/constituyente-venezuela.html. Marzo 2008.

[7] Marco Enríquez Ominami, Candidato a presidente elecciones Chile 2009.

[8] Movimiento Ruptura de los Veinticinco, grupo inicialmente contestatario al sistema político del 79 a-06, sus elementos son cuadros políticos que bordean los treinta años, hoy ocupan espacios en el gobierno.

[9] “Nueva era” del PRE, la bancada de legisladores promedia los treinta años.

[10] María Cristina Kronfle, asambleísta menor de treinta años.

[11] Oswaldo Hurtado, Las costumbres de los ecuatorianos. Editorial Planeta. Pág. 247. Quito 2009.

[12] El alcalde de Cuenca Paul Granda y el Prefecto del Azuay Paul Carrasco promedian los 37 años. Ambos fueron contendores en la elección inmediata anterior para la Prefectura del Azuay.

Este artículo de Oswaldo Moreno Ramírez fue publicada el 16 de abril de 2010 en Poderes.com.ec como El espacio del joven en la política.

Fuente: Reflexus