Por Redondo y Asociados
Comienza a dejar de ser una utopía y los analistas políticos hablan ya abiertamente de la posibilidad de que Obama no sea reelegido como presidente de los Estados Unidos. De hecho, si las elecciones fuesen este noviembre y no el próximo, ni toda la maquinaria de comunicación electoral que le llevó a la Casa Blanca podría evitar el regreso republicano al poder. Falta un año y pueden pasar muchas cosas, pero asesores y candidatos ya están afilando uñas y colmillos, y estos doce meses serán muy atractivos. Analicemos el concepto de reelección, cuándo es más probable y porqué, echando un vistazo a la historia.
Históricamente no sorprende que el momento de menor popularidad de un presidente coincida con el final del primer mandato. Pero además las elecciones intermedias han otorgado la mayoría en las cámaras a los republicanos, y todo plan de acción presidencial en medio de la crisis económica debe incluir por fuerza las propuestas de la oposición, y ahí se cava Obama su propia tumba.
El actual inquilino de la Casa Blanca se aferra al concepto de unión, a mensajes patrióticos, y ha utilizado una frase redonda, como tantas veces, acuñada por sus hábiles speechwriters: “no es lucha de clases, son matemáticas” para obtener el apoyo de los congresistas y senadores. Y aunque funcione no es una buena señal, porque su mensaje se diluye y despolitiza, y ahí entra la opción, cada vez más clara, de un vuelco electoral. Ningún presidente fue reelegido con unas cifras de paro por encima del 5%. Obama se enfrenta a un 7% de desempleo y acaba de anunciar un impuesto para los más ricos. Hasta sus más firmes defensores, negros y latinos, claman porque consideran que el presidente no ha cumplido sus promesas.
El debate está servido, ¿saldrá Obama reelegido? Nos proponemos analizar las causas que provocaron que otros presidentes no consiguiesen repetir legislatura. Sin contar a Kennedy, y partiendo de esa época, sólo un demócrata (Jimmy Carter) y dos republicanos (Gerald Ford y George Bush padre) no fueron reelegidos. Por tanto, aparentemente, lo fácil, lo normal, es ser reelegido. Pero ¿qué tiene que ocurrir para que la lógica electoral se tuerza? En los próximos días, veremos lo que le ocurrió a cada uno de ellos y los parecidos razonables con la situación de Obama. Mientras tanto, en The War Room se admiten apuestas ¿qué pasará dentro de un año?
Fuente: The War Room