Entrevista con Fran Carrillo, director de La Fábrica de Discursos
Por Juan Diego Sánchez
Juan D. Sánchez. Escribo esto dos horas antes del comienzo de la campaña electoral del 20-N. Serán días apasionantes para los que nos dedicamos a esto de la comunicación. Pensaba escribir un artículo sobre la batalla electoral, pero para eso hay tiempo. Ahora, lo que manda, es leer algo sobre oratoria, sobre la herramienta indispensable que utilizarán los políticos para reforzar el voto, cambiarlo, aburrirlo o decantarlo para un lado o para el otro. Francisco Carrillo, director de La Fábrica de Discursos, nos invita a reflexionar y nos da algunas claves de lo que debe ser una buena oratoria.
Juan Diego: ¿Qué actividad desarrolla La Fábrica de Discursos?
Francisco Carrillo: Escribimos discursos para candidatos políticos, empresarios y para toda aquella persona que tenga intervenciones públicas habituales o eventuales y que desee tener éxito y ser recordado a su finalización. También entrenamos la oratoria de todo aquel que desea mejorar su comunicación, para ser más solvente, más seguro y más convincente. Por último, entrenamos para ganar debates mediáticos o parlamentarios, imponer el mensaje en los medios y solventar contextos de crisis a través de un buen dominio de la oratoria. Todo lo que tenga que ver con la oratoria, el discurso y el debate, La Fábrica de Discursos pone su sello de calidad y la garantía de éxito al servicio del cliente.
JD.: ¿Qué hay que tener en cuenta antes de escribir un discurso?
FC.: Primero, hay que dibujarlo en nuestra cabeza. Reflexionarlo, pensarlo, proyectarlo. Es importante, antes de escribir, visualizar el éxito de nuestra intervención y cómo se ha desarrollado para empezar a escribir de esa forma. Segundo, definir cómo quiero que me vean. Desde esa perspectiva, podré seleccionar mejor las ideas que formarán parte de mi intervención, porque ya tengo una visión definida de la imagen que deseo que tengan a su conclusión. Tercero, elegir un mensaje o idea central y repetirla estratégicamente a lo largo del discurso de forma simple, concisa y coherente. Y cuarto, concienciarte de que será el último discurso que escribirás en tu vida. Solo así le darás la impronta de trascendencia necesaria, solo así le darás la relevancia que necesita, solo así volcarás en él todo tu ingenio, imaginación y talento. Y el resultado será un discurso pleno de ideas y emoción. Luego vendrá el entrenamiento para transmitirlo con eficacia, solvencia y seguridad.
JD.: ¿Con qué podemos aderezar la redacción cuando ya estamos ante la pantalla del ordenador?
FC.: Con frases simples, breves y contundentes. Aderezándola si se puede con figuras literarias pero de construcción fácil y, sobre todo, recordable. Recordemos aquel “lo único a lo que debemos temer es al propio temor (miedo)” de Franklin Delano Roosevelt. Céntrate en cómo te presenta en la intervención y cómo te despides de ella. Conecta en esas dos primeras frases con una afirmación contundente o una historia personal, en la que el auditorio se vea a sí mismo mientras te escucha contarla. Si sientes lo que dices, contagiaras de sentimiento. Y concluye de nuevo con la reflexión inicial: qué imagen quieres que se lleven de ti. Y se consecuente con ello cuando elijas tus palabras.
JD.: Tres claves a la hora de dar el discurso ante el público.
FC.: Ten claro el mensaje a transmitir, dilo, repítelo y reitéralo pero siempre de forma que lo entienda todo el mundo. Antes y después de decirlo, crea tensión comunicativa, juega con el silencio. E impacta con algo novedoso, original, diferente. No tengas miedo a romper paradigmas. A crear un estilo extravagante. Y todo ello, rodéalo de sinceridad y naturalidad en los gestos y expresiones para generar confianza y credibilidad en el oyente.
JD.: Algunos ‘trucos’ o técnicas de comunicación persuasiva que nos puedas confesar…
FC.: Domina el contexto. Domina con tu mirada, domina con la música de tu voz y la cadencia de tu ritmo. Si rompes el paradigma establecido, si te sales del patrón marcado y lo haces con el brillo de tus ojos acompañando a la seguridad de tu voz, tu interlocutor acompañará sin problemas y con confianza tu mensaje una y otra vez.
JD.: Defíname a Rajoy y Rubalcaba desde el punto de vista de la oratoria.
FC.: Rajoy tiene una oratoria más racional, más técnica, poco espontánea y natural, que necesita del tiempo y el reposo para ser digerida y asumida. Argumenta mejor que su oponente y su discurso goza de mejor estructura y coherencia, pero a la hora de colocar un titular en TV debe trabajar más la creación de mantras. Rubalcaba es más didáctico, más explicativo, usa un lenguaje más directo y sencillo, a modo de titulares (que sabe colocar como nadie en los medios). Llega más y mejor al público medio pero no resiste un análisis completo si atendemos a las razones que motivan los argumentos emocionales que utiliza con frecuencia.
Fuente: Blog Comunicacion a la Deriva