Montaje callejero con las caras de Obama y Lincoln
Hubo muchas similitudes entre el discurso que hicieron Lincoln y Obama al ser nombrados presidentes. Mientras que Lincoln ocupaba las salas de cine, Obama preparaba su segundo discurso de investidura.
En plena emoción por el esperado estreno de la película ‘Lincoln‘ y por el discurso de Barack Obama en su nueva toma de posesión, parece descabellado hacer una comparativa entre el discurso que ofreció este viejo presidente el 4 de marzo de 1861 y el que pudimos oír de Obama el pasado 20 de enero de 2009. Ambos son dos textos inaugurales, dos tomas de posesión. Pero no es tan descabellado si los miramos con lupa, si intentamos entender el porqué de esas palabras en momentos tan oportunos.
El primero incitando al cambio, el segundo también. El primero republicano, el segundo demócrata. El primero con un objetivo nacional, el segundo nacional pero más internacional. Y ambos con el fin de acercarse al pueblo dos presidentes capaces de ponerse a prueba en momentos podríamos decir… ¿críticos?
Si el primer discurso de Abraham Lincoln estaba enfocado hacia la “advertencia en positivo” de que él estaría a favor de la paz y no la guerra con aquellos Estados que no lo aceptasen, el discurso de Barack Obama estaba enfocado hacia la ilusión de un nuevo momento en el que apostaba por y para todos, tanto para los que lo apoyaron como para los que no.
Las palabras del primer discurso pueden parecer positivistas y rectas conforme a la Ley, las del discurso de Obama intangibles y cercanas conforme a la necesidad ansiosa del ciudadano. Pero los dos mantienen un quinteto de elementos en común y casi con la misma estructura: referencia al pasado y orgullo por su país, recuerdo a los anteriores presidentes, mención del problema presente, visión de futuro y advertencia de su capacidad.
Pasado, orgullo y recuerdo.
Ambos presidentes mencionan la palabra “prudencia”, y con prudencia empezaron su discurso aludiendo los dos al pasado, esa historia de los Estados Unidos que, aunque breve, ha tenido gran relevancia en la política internacional. Obama se muestra “conocedor de los sacrificios que hicieron nuestros antepasados”. Lincoln, que forma parte de esos antepasados, empezó relatando que quería cumplir con “una costumbre tan antigua como el gobierno mismo”. Con él se cerraba una era de divisiones para empezar a unificar ideales y objetivos. Necesitaba del pasado para hacerlo. “Unión”, apelaba. Como unión también quería el presidente Obama. Palabras que se repiten en ambos discursos.
El recuerdo de los anteriores presidentes es algo que está implícito en la política americana. Esto es lo que dijo Obama en 2009:
Son ya 44 los estadounidenses que han prestado juramento como presidentes. Lo han hecho durante mareas de prosperidad y en aguas pacíficas y tranquilas
Esto fue lo que dijo el presidente Lincoln:
Setenta y dos años hace que tomó posesión el primer presidente bajo nuestra Constitución nacional. Durante este período, quince presidentes distintos, todos ciudadanos tan distinguidos como ilustres, han representado al poder ejecutivo del Gobierno a través de muchos peligros, pero siempre con feliz éxito
¿No se parecen en algo 152 años después?
La capacidad para el presente y el futuro.
Los dos presidentes tenían un problema presente. Y porque creyeron en su capacidad, esperaban otro futuro. Lincoln anunció las diferencias entre los Estados, los que lo apoyaban y los que no, y lo que podía ocurrir con aquellos que no lo apoyaban. Podía haber guerra, pero él quería paz. Lo hizo aludiendo siempre a la Constitución como la salvaguarda del Estado. De hecho es la segunda palabra que más se repite en su discurso, hasta 14 veces la menciona. La primera que más repite es “unión”.
Se presentó con un:
Entro en el desempeño de mis elevadas funciones con tanta desconfianza como temor de que me falten las fuerzas necesarias en la situación presente
Mientras, Obama eligió estas palabras:
Ya sé que hay quienes ponen en duda la dimensión de mis ambiciones. (…) Tienen mala memoria. Porque se han olvidado de lo que ya ha hecho este país, de lo que los hombres y mujeres libres pueden lograr cuando la imaginación se une a un propósito común y la necesidad al valor
Él, a diferencia de Lincoln, escoge la “esperanza” por encima del “temor”. Y también menciona “unidos”, hasta nueve veces. La diferencia entre ambos es que Lincoln confiaba en la Constitución como elemento protector, mientras que Obama lo hacía en el “padre”, palabra que repite hasta en cinco ocasiones. Y a partir de ahí, empezar a hacer, en el discurso de Obama.
A partir de hoy, debemos levantarnos, sacudirnos el polvo y empezar a trabajar para reconstruir Estados Unidos
¿Qué dirá el próximo 20 de enero?
Los dos se ponen a prueba en ese futuro inmediato y ponen en manos del pueblo esa vigilanciade la que nos habla el asesor de comunicación, Antoni Gutiérrez-Rubí. ’Vigiladme’, piden. No es de hoy reconocer el poder del pueblo. Ya en 1860 Lincoln advirtió de ese poder en pleno momento de esclavitud:
Mientras que el pueblo vigile y sea virtuoso, ninguna administración, por mala que sea, podrá perjudicar gravemente al gobierno ni al país en el corto espacio de cuatro años (…) Nada se pierde por exceso de reflexión
Fuente: Sesión de Control.