Por Luis Rodriguez
Afirmar a día de hoy que el futuro de los Partidos Políticos pasa inexorablemente por la Política 2.0 y/o que ésta es la salvación de los primeros sería un suicidio intelectual, o al menos una temeridad.
Sin embargo sí se puede afirmar que la tecnología y los nuevos Movimientos Sociales están cambiando las formas de Comunicación (o a la inversa) y eso está haciendo, no sé si reflexionar, pero sí que ciertos sectores de la clase política se “preocupen”.
El concepto clásico de “movimiento social” es ambiguo, impreciso y sujeto a las veleidades dictaminadas por las siempre encubiertas ideologías de los distintos paradigmas científico-sociales.
Guiddens define un Movimiento Social como “un intento colectivo de promover un interés común o de asegurarse un objetivo compartido, mediante la acción colectiva en el exterior de la esfera de las instituciones establecidas”.
El pensador alemán Joaquin Raschke, ofrece la siguiente definición de Movimiento Social: “agente colectivo movilizador, que persigue el objetivo de provocar, impedir o anular un cambio social fundamental, obrando para ello con cierta continuidad, un alto nivel de integración simbólica y un nivel bajo de especificación de roles, y valiéndose de formas de acción y organización variables”.
En cuanto a los objetivos, vemos que están íntimamente relacionados con el cambio social, en la medida en que un movimiento social sólo tiene sentido si intenta transformar (o impedir transformar) estructuras sociales relevantes.
La dimensión de continuidad es lo que diferencia a los Movimientos Sociales de episodios colectivos esporádicos.
También los caracteriza un alto nivel de integración simbólica, manifestado por un acusado sentimiento de pertenencia a un grupo (sentimiento de “nosotros”). Una parte esencial de la actividad del movimiento estriba en la creación de esa identidad colectiva. Esto es necesario, pero Riechmann y Buey previenen sobre el olvido de que los Movimientos Sociales son fenómenos socio-políticos que operan en contextos “duros”, contextos de poder político y cultural.
Está claro que tanto los Movimientos Sociales como los Partidos Políticos, Sindicatos y demás tipos de organizaciones humanas tienen, precisamente, eso en común, es decir que son conjuntos de personas que buscan lograr una serie de objetivos que comparte esa colectividad concreta movidos por una serie de intereses comunes.
Sin embargo no todas estas asociaciones tienen los mismos objetivos, ni las mismas metas.
Mientras que los Movimientos Sociales son ajenos a las Instituciones (en cuanto a la detentación de su poder), los partidos políticos está completamente orientados a ellas, es más, su razón de existir en la actualidad (teoría de los partidos “Catch all parties”, o partidos “atrapalotodo”) es alcanzar y ejercer el poder político.
En cuanto a su estructura también existen diferencias. El partido tiene detrás un cuerpo burocrático que lo sustenta y un líder legitimado (en la mayoría de los casos) que jerarquiza la organización. Mientras, los Movimientos Sociales trabajan en forma de red con unos líderes más difusos, que además cambian con más facilidad.
Sin embargo, actualmente observamos que esta tendencia está cambiando y estos movimientos se están convirtiendo en algo más y están transformando las reglas del juego, haciendo más difusas las fronteras entre los tipo de organizaciones de los que hemos hablado. Comúnmente se les están denominando movimientos anti-sistema, pero ¿podríamos considerarlos más bien como “alter-sistema”? o… ¿Movimientos “alter-globalización”?
Tenemos ejemplos en diversos países que, o bien han sido previamente Movimiento Social y se han reconvertido en Partido Político, o bien se han constituido como tal pero con una forma de organización en red, utilizando web 2.o y Redes sociales para su movilización y totalmente apartada de los Partidos clásicos:
Foro Rede en Brasil | |
Internacional de Partidos Piratas en varios países | |
Movimiento 5 Estrellas en Italia | |
Partido del Futuro-Partido X en España | |
Otro debate interesante se está llevando a cabo en torno a la ideología.
Hay quien sostiene que estos Movimiento-Partidos son antisistema, son una evolución del pensamiento obrero clásico, que carecen de ideología… Posiblemente este debate pueda ser más fructífero si tenemos en cuenta dos factores:
- No se deben identificar las ideologías con un Partido Político: son estas las que arman filosóficamente a las organizaciones, pero los Partidos no son la única representación simbólica de las ideologías.
- Debemos tener muy en cuenta lo que señala el Profesor Mario Riorda en su libro “¡Ey, las ideologías existen! Comunicación política y campañas electorales en América Latina”:
Desde ya es necesario realizar una aclaración, y es que la definición de ideología puede estar asociada a factores que sólo podrían cobrar sentido en una situación temporal y espacial específica.
Como conclusión, podríamos decir que los clásicos Movimientos Sociales y Políticos están cambiando la forma de hacer Política. Para ello huyen de las estructuras e ideologías clásicas de poder y recurren a las TIC’s y herramientas, así como plataformas 2.0, para comunicarse y organizarse apartándose de los liderazgos institucionalizados (excepto en algún caso como el Movimiento 5 Estrellas liderado por Beppe Grillo) y que tienen como objetivo cambiar las Instituciones que ya no consideran democráticas e instaurar sistemas de democracia participativa y directa en un marco cada vez más “glocalizado” (pensando el local y actuando en global).
¿Se trata de una moda, una tendencia o un cambio de paradigma político? ¿Será este el principio del fin de la partitocracia? ¿Tendrán pervivencia futura estas asociaciones? ¿Serán capaces los Partidos clásicos de pervivir en este nuevo sistema? ¿Conoces más casos en otros países?
Fuente: Piensa y Comunica