ATENCIÓN: Incluye spoilers de los capítulos 5×22 y 6×01 de El Ala Oeste de la Casa Blanca
Por: Fernando Cuñado
La frase original en el que se inspira este artículo no incluía una negación. Todo lo contrario, corresponde a una clara recomendación de Leo McGarry a un presidente Bartlet, que duda sobre ordenar un ataque sobre Siria e Irán en el arranque de la sexta temporada de El Ala Oeste de la Casa Blanca.
El paralelismo inverso entre el universo que dibujó Aaron Sorkin y la vida real es evidente. A lo largo de las siete temporadas de la serie, son varias las ocasiones en que el ficticio presidente Bartlet tiene que decidir si inicia acciones militares contra países que cobijan a terroristas. Sin embargo, al contrario que Bartlet, estos días Barack Obama está en la situación completamente opuesta. Se ve en la obligación de atacar a Siria para castigarle a su gobierno por el supuesto uso de armas químicas contra la población civil, presionado por la comunidad internacional, pero no cuenta con apoyos internos y busca que el Congreso apruebe una resolución a favor del ataque como salvavidas.
Bartlet y Leo en la Sala de Operaciones de la Casa Blanca
Pese a todo, en esta analogía hay puntos en común: Bartlet sólo aceptaba el uso de la fuerza como última opción y Obama lo va a acabar haciendo a regañadientes, consciente de que no le queda otro remedio. Las coincidencias prosiguen: ambos presidentes, el ficticio y el real, han recibido sendos Premios Nobel y mientras que a Bartlet, un verdadero Quijote, se le critica que parezca actuar postulándose al Nobel de la Paz, a Obama haber recibido esta distinción no le ayuda en nada en su papel como Comandante en Jefe y, por ende, encargado de mantener la paz mundial.
Y mientras en la vida real, el rechazo a un ataque sobre Siria es del 59%, según la última encuesta del Washington Post y la gestión de la crisis de Siria sólo es aprobada por el 35% de los americanos; en la ficción la presión sobre Bartlet llegó en forma de sendas resoluciones del Congreso y el Senado instándole a bombardear Siria, sostenidas en un 82% de apoyo popular. Bien es cierto, que tras Irak y Afganistán, la sociedad norteamericana se muestra muy cautelosa a la hora de abrir nuevos frentes. Obama lo sabe, y por eso busca el apoyo del Congreso para tratar de legitimar está nueva intervención, algo que sí es bien visto por la opinión pública estadounidense, según una encuesta recogida por The Onion.
Protestas contra la guerra en Siria frente a la Casa Blanca
Un ataque sobre Siria, que va a llegar más pronto o más tarde, y que en los próximos días se discutirá en un Congreso sin mayoría demócrata. Ya hemos conocido un primer avance con la comparecencia del secretario de Estado, John Kerry, en el Senado. Precisamente, el mismo que hace unos años compartía mesa y mantel con el líder sirio Al Assad, ahora considerado “un delincuente y asesino”. Pese a la aparente falta de apoyo inicial, sería muy raro ver a los republicanos decir un NO a la Guerra. Veremos a ver si la jugada le sale bien a Obama, que también habrá evaluado la posibilidad de ser el primer presidente al que el Congreso le recomiende no emprender acciones militares. Un revés como el que recibió el primer ministró británico, David Cameron, le dejaría en una auténtica encrucijada porque tendría que asumir en solitario el coste político de la operación en Siria, que sabemos como empezará pero no como terminará.
De momento, al igual que hizo con Bartlet, Leo McGarry, ha dado su beneplácito a una operación de castigo en Siria a través de su perfil en Twitter, cumpliendo con su papel de consejero del presidente:
Paradójicamente, con la misma contundencia con que Leo, también veterano de Vietnam, expresó su apoyo a una intervención militar con ese “Señor; El País quiere acción”, sentó cátedra en la pantalla con esta reflexión que seguro está en la cabeza de todos los líderes a los que Estados Unidos ha pedido apoyo en la reciente cumbre del G20:
“Si bombardeamos un bloque de pisos de Gaza o un campo de Siria habrá consecuencias y no sabemos cuales van a ser. Nos arrastrarán a una guerra en Oriente Próximo o habrá atentados en Nueva Jersey en lugar de en Tel Aviv y Haifa”.
‘The Situation Room’, es el centro de operaciones e inteligencia de la Casa Blanca, desde el que Obama seguirá la crisis de Siria
Pese a esta sabia observación, se acaba el tiempo para que el Comandante en Jefe Barak Obama autorice la operación en Siria y será entonces cuando sabremos cómo afrontar esta crisis para su popularidad. Sabe que de lo que pase con Siria, depende en buena medida cómo pasará a la historia. Por ahora la cuenta personal de Obama en Twitter no ha hecho ninguna referencia al conflicto y toda la información sobre la crisis en la red se lanza desde el perfil de la Casa Blanca en esta red social. ¿Se difundirá una imagen de Obama en la ‘Sala de Operaciones’ (The Situation Room) como se hizo durante la captura y ejecución de Bin Laden? Aquella imagen del presidente vestido con la cazadora de las fuerzas armadas dio la vuelta al mundo, aunque tengo dudas de si ahora querrá transmitir la sensación de que está al mando de la intervención en Siria.
Y en vista que que en esa sala se van a tomar decisiones que van a afectar al futuro de la población siria, prefiero quedarme con una cita de Luther King que recita Bartlet preocupado por la inminencia de un ataque inaplazable:
“La verdadera debilidad de la violencia es que es una espiral descendiente. Devolviendo violencia a la violencia, sólo multiplicas la violencia, añadiendo más oscuridad a una noche despoblada de estrellas”.
Fuente: Blog Qué haría Leo?