Las tres reglas de oro del discurso persuasivo

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Discurso Persuasivo - Marketing Político en la Red

Por Jesús Enrique Rosas (*)

Una de las habilidades más importantes de todo líder que se precie, es poder transmitirle a las masas una idea con toda la pasión y emoción necesaria.  Si bien no es tarea sencilla “tocar la tecla” de cientos e incluso miles de personas a la vez, estudiosos en la materia han sido capaces de precisar cuáles son esos “puntos clave” en oratoria.

Destrezas adquiridas (pero no tan fácilmente)

Sara Forsdyke, experta en historia, afirma que el poder de un discurso persuasivo no reside precisamente en un carisma innato.  Cualquier persona puede aprender las técnicas que han usado los grandes oradores a lo largo de la historia, desde Martin Luther King hasta Barack Obama.

La experta incluso imparte un curso dedicado a desarrollar las destrezas propias de la persuasión masiva. Según ella, las reglas de oro que marcan la diferencia entre un discurso exitoso y uno más del montón, son las siguientes:

– Repeticiones: el énfasis que produce un motif pronunciado repetidas veces crea un ritmo casi musical.  Esto lo sabía perfectamente Winston Churchill, demostrándolo en su famoso discurso “Milagro en Dunkirk”:

“…Combatiremos en Francia, combatiremos en los mares y océanos, combatiremos con creciente confianza y nuestra fuerza crecerá en el aire.  Defenderemos nuestra isla, sea cual sea el costo; combatiremos en las playas, combatiremos en el terreno de los desembarcos, combatiremos en los campos y en las calles, combatiremos en las montañas. Jamás nos rendiremos.”

– Patrones inversos: Cuando realizamos una afirmación, generalmente invertir el orden de las palabras no expresa una idea contradictoria; más bien la refuerza.  Recuerda a John F. Kennedy diciendo:

“…No preguntes que puede hacer tu país por ti. Pregunta qué puedes hacer tú por tu país.”

– Figuras retóricas: el juego de palabras llamado políptoton consiste en usar varias formas de un mismo vocablo.  Por ejemplo, Franklin D. Roosevelt lo usó de la siguiente manera:

“…Lo único que debemos temer, es al temor mismo.”

…Lo cual nos demuestra que un discurso exitoso no requiere de frases muy floridas o complicadas (esto en realidad es muy contraproducente), sino mantener las ideas dentro de un margen sencillo y expreso, usando la repetición como un medio de impacto en las masas.

Recuerda que no sólo son reglas que debes cumplir al pronunciar un discurso.  El tono de tu voz y la calidad con la que modulas las palabras, también son elementos importantísimos en la proyección de tu idea y tu pasión; sólo lo lograrás con la práctica constante.

(*) Jesús Enrique Rosas: Conferencista internacional

experto en comunicación no verbal y persuasión

Fuente: Lenguaje Corporal