Consultor vs Militante; Ni tanto que queme al santo, Ni tanto que no lo alumbre

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Miltante Vs Candidato - Marketing Político en la Red

Por Danette Cervantes Q.

Cada vez son más los candidatos que intentan llegar al poder de la mano de la comunicación política y sus herramientas, sin embargo el jaloneo entre la forma tradicional de hacer campañas regida por la intuición, y la nueva apoyada en la ciencia y la tecnología se presenta más de lo que muchos creen. Y más sorprende que la forma tradicional gane la mayoría de las veces.

Y cuando la tradición gana, el eslogan de campaña se somete  a la votación de la militancia o se obtiene a partir de un buzón de sugerencias, el cuarto de guerra se integra con los amigos y familiares del candidato, los discursos van y vienen sin que medie un trabajo de construcción, revisión y análisis del mismo, la labor del encargado de comunicación se limita a una obsesión compulsiva por los comunicados de prensa que nadie lee porque dicen nada y las grandes decisiones se toman por mayoría de votos, con la intuición o peor con el corazón y el sentimentalismo. Sin ciencia, poca y mal utilizada tecnología ni profesionales, así se llevan y se ganan muchas campañas aún. Campañas en donde el peso recae en unos pocos allegados entre familiares, amigos y militantes del partido político en cuestión.

Es el clásico jaloneo entre lo tradicional y lo nuevo, la natural resistencia al cambio, pero ¿cómo permanecer en el intento cuando se es el consultor?

Reglas claras:

  1. ¿Qué tanto creen el candidato y su partido en el trabajo del consultor? Quieren uno porque es la moda o porque de verdad conocen la diferencia que las herramientas de un profesional pueden hacer en el desarrollo de la campaña. Si se trata de moda, lo mejor es retirarse.
  2. El consultor NO es un militante. El simpatizante cree en los valores, principios y doctrina de su instituto político, el consultor cree en la ciencia, la tecnología, la investigación y la ética de su labor. El consultor no es un militante, no puede actuar ni dirigir la campaña como tal porque entonces habrá iniciado mal.
  3. Zapatero a tus zapatos. Tan valiosas son las herramientas del consultor como el trabajo que un simpatizante hace a través de sus convicciones, no están peleados, cada uno tiene su lugar y su labor en la campaña, esto debe quedar muy claro. El consultor necesita de la militancia para ejecutar gran parte de la estrategia y los militantes necesitan al consultor para que con sus conocimientos y sin sentimientos pueda ver un paso adelante y establecer la estrategia que guía la campaña.

Información y corazón, consultor y militante son fundamentales para el buen desarrollo de una campaña. Cuando se es el consultor lo mejor es entender que la mejor fórmula es: ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre. No es sano querer dejar de lado los conocimientos que algunos militantes han adquirido a través de la experiencia, son valiosos y el detalle está en saber aprovecharlo, pero tampoco se puede pretender que dicha experiencia sostenga una campaña. El consultor inteligente sabe utilizar sus herramientas y aplicarlas, toma los datos de quienes conocen el lugar al que llega y con ciencia, investigación y tecnología convierte una campaña tradicional en una nueva y mejorada forma de comunicar la política.