Estrenamos el año saturados del despliegue camino a las elecciones, lo partidos renuevan sus mensajes, realizan múltiples encuestas, preparan y perfilan a sus gallos.
En los puestos de elección popular siempre cabe la duda de dónde salen algunos candidatos, la sospecha y la preocupación se incrementa cuando observamos personajes con bajo nivel de preparación, una incipiente trayectoria política y con un repertorio discursivo más enfocado a la ocurrencia que encaminado a las propuestas.
Es bastante fácil vaticinar cuantiosos presupuestos mediáticos, la uniformidad de campañas locales alineadas a la elección presidencial, uso de recursos públicos, guerra sucia y la participación de infinidad de asociaciones civiles. Una nota al margen son los atinados comentarios de Edgardo Buscaglia respecto a la participación del crimen organizado, espero pueda ahondar en ellos.
Hace pocos años que en nuestro país se le destina un lugar privilegiado para temas de marketing político, por eso es visible que algunos partidos y candidatos evidencien la carencia de planes eficientes. Sin embargo, no podemos negar el avance, tan es así que algunos caricaturizan la ideología política presentando al electorado, títeres o guiñoles que en ausencia de apuntadores no podríamos concebir.
- Las nuevas plataformas.- Después del efecto Obama las redes sociales representan un campo poco legislado en México, con alcances importantes y con presupuestos menores comparados con los medios tradicionales.
- Campañas alternativas.- Hemos visto la proliferación de libros utilizando sus presentaciones para difundir las veladas (por el IFE) actividades de los candidatos, que para ser correctos debemos llamar aspirantes. Pero este es sólo un ejemplo de las estrategias posibles, elecciones atrás tengo muy presente a candidatos repartiendo sus propios panfletos y pegando calcas, subiendo a los camiones urbanos, bailando con enjundia y acompañándose de botargas. Lo demás esta por verse.
- Imagen pública.- Gabriela Vargas y los Gordoa tendrán trabajo para todo el proceso, pues otro pilar parece ser el riguroso pulimento de los candidatos, espero conserven su esencia, para que la mejoría se percibida con naturalidad y no como la osadía de aquellos nuevos ricos estrafalarios que dejan a su paso una estela de asombro.
- Estructuras funcionales.- Los anteriores puntos son importantes, pero este en especial es el que debe contener el mayor peso de la estrategia. Algunos partidos han trabajado en bases de datos, en redes y en sistemas de inteligencia para saber hacia donde orientar sus esfuerzos, ya que los tiempos y los recursos (los últimos no creo) son limitados.
- Facturas y cuentas de ahorro.- Los ciudadanos han encontrado en el voto diferenciado un arma a su favor, otra en el voto de castigo destinado a la oposición del gobierno en turno y en el voto nulo el claro mensaje de inconformidad, han decidido escudriñar sus preferencias en las esferas criticas y simular participación en las masas que aparentan no decidir por sí mismas. Como nunca antes, cada error y omisión estarán bajo la lupa, lo bueno causa un efecto efímero y soluble, dependerá de los planes obtener un adecuado aprovechamiento.
- El valor del discurso.- La oratoria siempre cuenta con un lugar preponderante, por tal razón el equipo que trabaje en los discursos del candidato debe contemplar una estrategia sólida, para buenos ejemplos basta con analizar el trabajo de Jonathan Favreau, director de los discursos del presidente de los Estados Unidos de América, a sus 30 años se ha convertido en un referente obligado a la par de catapultar a su jefe como uno de los mejores oradores de la historia moderna.
Muchos dicen que los candidatos son productos, Carlos Lorenzana menciona en sus conferencias que los productos no hablan, no se modifican por sus motivaciones, ni hacen alianzas por si mismos. Desde mi perspectiva debemos ver al candidato como un ente generador de productos, estoy seguro que una especial atención a los puntos anteriores será de gran ayuda.
Bien dice Mario Cuomo: “Se hace campaña con poesía, pero se gobierna con prosa”.
En homenaje a Nino Canun le pregunto: y usted… ¿qué opina?
Fuente: Blog de Arturo Gonzales