Por: Daniel Ureña
En los últimos años los partidos políticos están descubriendo el poder del vídeo como herramienta de comunicación política. De los tradicionales y rígidos spots electorales estamos pasando a una mayor diversidad de formatos y estilos. Pero no siempre el resultado de los muchos vídeos que se emiten alcanzan sus objetivos. Por ello, a continuación ofrecemos 10 claves a tener en cuenta a la hora de elaborar un buen spot político:
1. Identidad: Define quién eres.
La primera decisión estratégica desde el punto de vista de la comunicación que un candidato o líder ha de tomar es la de definir su posicionamiento, es decir, el espacio que una marca ocupa en la mente del cliente, consumidor o votante. Por ello, es el primer paso en toda campaña. La identidad es el pilar central sobre el que se sustentará todo el trabajo posterior de comunicación. El posicionamiento se construye con paciencia y ha de estar basado en atributos reales.
2. Estrategia: Mantente fiel a tu hoja de ruta.
La estrategia define cómo se van a alcanzar los objetivos. Es la hoja de ruta en toda campaña. Un buen vídeo ha de reflejar al 100% el contenido de la estrategia. Cuanto más clara y nítida sea, más fácil será el trabajo de comunicación.
3. Lenguaje: Utiliza los códigos de tu público.
El lenguaje político tiende a ser técnico, árido y alejado de la realidad de los ciudadanos. Por ello, la clave en comunicación política, y en especial en la audiovisual, es que el lenguaje sea el mismo que utiliza el público al que queremos llegar.
4. Formato: Atrévete a innovar.
La mejor publicidad política es aquella que no parece política. Cuanto menos aspecto político, mejor. Los tiempos del busto parlante afortunadamente ya pasaron. La creatividad, la innovación y rebelarse contra los cánones suelen ser los mejores aliados de la eficacia de un buen vídeo político.
5. Relato: Aprovecha el poder de las historias.
Las buenas historias mueven el mundo. Son capaces de atrapar la atención del espectador. Los grandes comunicadores son siempre grandes contadores de historias. Por ello, un vídeo político con éxito suele ir de la mano de una historia capaz de conectar con la audiencia.
6. Música: Refuerza lo que quieres decir.
La música es el lenguaje del alma. Tiene la capacidad de generar y transmitir emociones más allá de las palabras. Por ello, un buen spot ha de contar con una música capaz de generar sensaciones en la persona que lo ve. La esperanza, el miedo, la ilusión, la alegría o el humor son sólo algunos ejemplos de las emociones que se pueden transmitir a través de unas notas musicales.
7. Simbología: Dilo con imágenes.
El poder de lo visual es una de las principales claves en la comunicación política. Los mejores spots de la historia tienen en común el ser capaces de explicar realidades complejas a través de sencillas imágenes mentales. Si una imagen valía más que mil palabras, ahora vale más que un millón de palabras.
8. Tiempo: Menos es más.
La teoría de que menos es más se aplica perfectamente al proceso de producción de un spot político. La publicidad comercial tiene establecido que en 20 o 30 segundos es la duración idónea de un comercial. La publicidad política no debería alejarse mucho de esta recomendación. Mantener la atención del espectador durante más de un minuto delante de una pantalla requiere altas dosis de genialidad que no siempre se consigue. Por ello, menos es más.
9. Momento: Adáptate a las necesidades de los medios.
El ciclo informativo ha cambiado drásticamente por la irrupción de Internet. La inmediatez y la rapidez con la que la información se transmite tiene como consecuencia que el debate público sea casi en tiempo real. Esto obliga a los líderes y las organizaciones políticas a hacer un gran esfuerzo y estar en permanente alerta. Por ello, es muy importante saber cuándo ha de lanzarse un spot para que tenga repercusión en los medios, ya que tan importante es el qué comunicamos como el cuándo lo hacemos.
10. Mensaje: claro, conciso y convincente.
La esencia de la comunicación política sigue (y seguirá) siendo el mensaje. Una imagen atractiva no es suficiente por sí sola si detrás no hay un mensaje coherente, sólido y fundamentado.
Fuente: El Foso de la Orquesta