El papel del consultor político es de vital importancia durante el periodo electoral, y los norteamericanos saben esto mejor que nadie. Es por esto que me sigue sorprendiendo la respuesta que dio Mitt Romney a una pregunta que se le hizo durante un evento de fundraising para su campaña al igual que varias declaraciones que ha hecho a lo largo de la campaña presidencial. A estas alturas de la contienda electoral el candidato republicano ya debería estar preparado para contestar cualquier tipo de preguntas sin poner en contra a posibles votantes indecisos.
Hoy en día es de conocimiento general que cualquier persona es un periodista en potencia gracias a la tecnología de los teléfonos móviles. No importa que el candidato asista a un evento lleno de personas que lo apoyan, nunca se sabe qué pueden filtrar los invitados y lo que es peor las consecuencias de dichas acciones. Y desgraciadamente para Mitt Romney las consecuencias de su respuesta fueron perjudiciales.
A lo largo de la contienda electoral los resultados de las encuestas que más favorecían al candidato republicano le daban el empate con el presidente Obama. Los votantes que en el 2008 había quedado deslumbrados por Obama y su “Yes We Can” se sienten desilusionados por su incumplimiento de promesas electorales. Es este sector el que Romney tenía que haber atacado ya que el voto republicano lo tenía garantizado, pero en lugar de optar por una estrategia más moderada que le permitiera alcanzar esa mayoría para poder ser el próximo presidente de Estado Unidos decidió radicalizarse y hacer enojar a gran parte del electorado, y esto se ve reflejado en las encuestas.
A casi un mes del día de las elecciones las encuestas revelan una pérdida de apoyo hacia el republicano. Romney no ha conseguido que las encuestas cambien y lo den como probable ganador en los tan necesarios Swing States. Esto se debe a que sus declaraciones consiguieron que gran parte de lo votantes que estaban molestos con Obama y en algún momento consideraron votar por Romney ahora piensen en votar por el “menos malo” a su parecer, en este caso Obama.
Falta casi un mes para las elecciones y el panorama no pinta muy bien para Romney no falta mucho tiempo para el día “D”, por lo que un cambio de estrategia es inviable. Los errores que ha cometido a lo largo de su campaña le están comenzando a pasar factura, viendo esta situación sólo me puedo preguntar ¿en dónde estaban los asesores?
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Fuente: Spit it out