Un eslogan de campaña demuestra su verdadero poder cuando perdura más allá del proceso electoral. Es lo que ha ocurrido con ‘Hay un camino’ de Henrique Capriles, el candidato opositor a Hugo Chávez en las pasadas elecciones venezolanas.
No es fácil hacer frente a una maquinaria de gobierno que ha permanecido en el poder durante los últimos catorce años, y que pretende perpetuarse aún más. Pese a ello, el candidato de Unidad Nacional, fuerza opositora a Chávez, consiguió hacer temblar las bases del proyecto creado por el presidente de la República, que se tambalearon hasta el mismo momento en que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció el resultado de las elecciones.
Durante la angustiosa espera desde el cierre de las urnas hasta la comparecencia de la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, circularon en las redes sociales todo tipo de rumores relacionados con encuestas a pie de urna que daban como ganadores a ambos candidatos. En Twitter, el hashtag #ComiendoUñas se convirtió en Trending Topic mundial, refiriéndose a la impaciencia de los usuarios que seguían las elecciones por conocer los resultados oficiales.
Uno de los comentarios apuntaba como, a diferencia de las elecciones de 2006, durante esa espera, desde el cierre de las urnas hasta el anuncio del CNE, nadie había movido un dedo, cuando en procesos anteriores las celebraciones por parte de los partidarios de Chávez ya habían comenzado.
Una observación que evidencia el éxito de la campaña de Capriles, si bien no logró su objetivo, hizo frente a un fortísimo rival totalmente acomodado en el poder. Y es que el camino que plantea el eslogan del candidato de Unidad Nacional va más allá de una puntual estrategia electoral, ya que pretende convertirse en el reclamo movilizador de la oposición.
“El camino continúa”
Dos discursos bastaron a Henrique Capriles para mostrar al mundo el mérito de su trabajo en los últimos meses, así como el de los resultados obtenidos. El primero, poco después de que se dieran a conocer los resultados oficiales que anunciaban su derrota; Capriles, visiblemente afectado, mantuvo la cabeza alta y no dudó en aceptar la victoria de su rival, para posteriormente transmitir un mensaje de esperanza a quienes le votaron, y un encargo al Gobierno: “Casi la mitad del país está en contra del proyecto del presidente”. Puede que no aliviase la decepción de sus votantes, pero ese era el momento de romper una lanza a favor de la democracia.
El segundo discurso fue una rueda de prensa para medios nacionales e internacionales. Esta vez más preparado, con el varapalo electoral ya digerido, fue puro optimismo, mucho más cerca de lo que sus seguidores habrían esperado escuchar tras conocerse el resultado de las elecciones. “El camino continúa”, fue el claro mensaje que trasladó, en un escenario aún decorado con el famoso eslogan de su campaña.
Ese ha sido el gran mérito de Capriles, lograr que su mensaje perdure más allá del proceso electoral y convertirlo en la esperanza de la oposición. Una oposición que en 2006 se quedó en menos de cuatro millones y medio de votos, con cerca del 37 por ciento de los sufragios frente al 63 por ciento de Chávez. En esta ocasión, la diferencia se redujo a diez puntos, y Capriles logró conquistar a dos millones más de opositores respecto a 2006.
Hugo Chávez ganó las elecciones, pero tal y como apuntó su oponente el 7 de octubre, es un hecho que casi la mitad del país no está de acuerdo con su propuesta. Corresponde ahora a la oposición consolidar la imagen de unidad lograda en los últimos tiempos, si es así, el proyecto del actual presidente lo tendrá aún más complicado en el futuro. Por el momento, Capriles da ejemplo y, sin descanso, se lanza a por la reelección de la Gobernación de Miranda.
Fuente: Imagen Estrategica