Por Luis Rodriguez
Durante la semana pasada tuve el placer de compartir mi tiempo y conocimientos con tres de los grandes descubrimientos de los últimos tiempos de mi vida: Juanma Roa (@JUANMAGROA), Miguel Ángel Sillero (@miguelasillero) y Elías López (@zai555), entre otros interesantes amigos. Cada uno en su especialidad demostraron tener amplios conocimientos en campos como el Software Libre, Gobierno Abierto y la aplicación de estos conceptos en la Administración Pública.
Quizás lo que más me llamó la atención fue el debate que se originó en torno a la discusión filosófica de sus principios inspiradores, también conocidos como “las cuatro libertades”. En realidad todos estábamos de acuerdo con la idoneidad del uso del Software Libre por parte de las Administraciones Públicas pero el debate se centró en el hecho de que si estos principios son exclusivos de este concepto o responden a una filosofía global, un nuevo paradigma ideológico… Voy a explicar primero en qué consiste exactamente este concepto y así podremos debatir.
Al contrario de lo que comunmente se piensa, el Software Libre no quiere decir “Software Gratis”. El término es una traducción del inglés “Free Software”. Como muchos sabréis la palabra “Free” en este idioma norteño tiene, como adjetivo, dos acepciones: gratis y libre. Sin embargo, queda claro que en su traducción al castellano se ha optado por la acepción “libre” con toda la inteción. Vamos a ver las cuatro libertades y a enlazarlas con la idea de Open Government (Gobierno Abierto) y así podremos optar por una visión más amplia del asunto:
- Uso: este principio hace referencia a que el programa se podrá dar la utilidad que se desee, ya sea pública, privada, con ánimo de lucro, sin él, etc. Extrapolándolo a la Administración Pública, esta idea está muy relacionada con la reutilización de los Open Data porque al conocerlos se podrá (e incluso deberá) dar los usos que decidan los ciudadanos, empresas, asociaciones, corporaciones, etc. porque para eso se están sufragando los gastos de forma pública.
- Estudio/Acceso al código: para poder analizar, estudiar y adaptar el código a las deitintas necesidades. O lo que es lo mismo: el derecho de los ciudadanos a conocer lo que sus representantes están haciendo, las políticas públicas que están llevando a cabo, qué presupuestos aprueba la clase política, etc. Si los representantes entendieran este concepto se darían cuenta que el Gobierno Abierto es enriquecedor para ellos y, lo más importante, para los ciudadanos. También se puede extrapolar a la Transparencia política.
- Distribución: es decir, para distribuir copias del programa. La aplicación para las Instituciones Públicas es la posibilidad de que los ciudadanos puedan ser partícipes de forma progresiva del Open Government y se expanda con facilidad.
- Modificación: que significa la libertad para realizar cambios en el código, que sean públicos y mejore y progrese la idea original. Su aplicación al marco conceptual de la Administración Pública es quizás la más improtante. Me refiero a dos de los principios del Gobierno Abierto: la participación y la colaboración transformados en cambios en Políticas Públicas y mejoras. Es decir, es la incidencia de la ciudadanía en la política como uno de los grandes valores del Open Government. De momento un poco utópico.
Este es un análisis muy laxo con el que pretendo hacer una reflexión en torno a dos cuestiones: ¿Es la filosofía “Free Software” algo muy específico o es una ideología global aplicable a todos o muchos de los paradigmas actuales? y lo más importante ¿Es aplicable estos principios al contemporáneo modelo de Gobierno Abierto? Al decir “contemporáneo” me refiero a la concepción actual de este concepto debido a que es muy antiguo. Y quizás el añadido innovador a esta idea es la tecnología como medio para el Open Government.
Espero vuestra participación y distintos puntos de vista.
P.D. En otro artículo futuro hablaré sobre la importancia de que las Administraciones Públicas utilicen el Software Libre en todos sus procesos administrativos-tecnológicos desde un punto de vista más práctico.
Fuente: Piensa y Comunica