Por: Xavier Peytibi
El uso de una campaña del miedo en publicidad se ha utilizado en muchos tipos de comunicación y marketing. El mensaje básico de esta estrategia, según D. W. Glascoff es “Si no haces esto (comprar, votar, creer, apoyar, aprender, etc.), habrá consecuencias malas y directas para ti”. Las apelaciones al miedo son uno de los motivadores más utilizados los últimos años. De hecho, han crecido en popularidad porque los anunciantes han visto que funciona bien para aumentar el interés y la persuasión. Estudios también sugieren que la ciudadanía “recuerda mejor y con más frecuencia anuncios que reflejan el miedo que no aquellos que no muestran contenido emocional“.
Recordaréis infinidad de estos anuncios: lo malo que es fumar, la necesidad de tener sexo seguro, etc… En política también hay numerosos ejemplos. El más recordado es el del Daisy spot, el anuncio de Lyndon Johnson para las presidenciales norteamericanas de 1964 (para verlo, aquí). En el anuncio aparece una niña contando los pétalos de una flor y, a su vez, la cuenta atrás de un ataque nuclear, recordando las palabras de Barry Goldwater (el candidato republicano) que dijo que no dudaría en usar armas nucleares. También fue copiado en la campaña electoral de 1984 (en este caso, por Walter Mondale contra Ronald Regan –sin demasiado éxito-).
Otro ejemplo es el de la campaña Bush padre vs. Dukakis de 1988. El equipo de Bush creó anuncios televisivos (emitidos en todos los canales nacionales) que jugaban con la idea de que si ganaba Dukakis dejaría abiertas las puertas de las prisiones. El anuncio más controvertido fue “Revolving Door”. Su nivel de aceptación fue brutal y debilitó notablemente la candidatura demócrata, siendo ésta una de las principales razones de la victoria de Bush, según las encuestas post-electorales.
Más actual es el ejemplo de un vídeo del candidato demócrata Alan Grayson, que atacó a su rival en un vídeo diciendo que si llegaba al Congreso haría que las mujeres de Florida fueran tratadas como las tratan los talibanes.
Otro es el anuncio “Llamada a las 3AM” utilizado por la campaña de Hillary Clinton en las primarias de 2008. Con el sonido de un timbre de teléfono mientras unos niños duermen. El anuncio ponía de relieve el riesgo asociado con Obama debido a su inexperiencia con cuestiones internacionales.
Estas tácticas del miedo se utilizan comúnmente en el discurso político para influir en la opinión pública, para crear una asociación entre el candidato oponente y lo malo que pueda ocurrir. El objetivo detrás de esta estrategia es convencer al público que la elección de la oposición política o candidato tendrá consecuencias peligrosas para ellos. Es directamente un mensaje emocional, para que tengan cuidado y para que confíen en tu partido o candidato. Además, como indica el paper “A Theory on Danger Frames” de Ingrid D. Anderson, es una táctica que, increíblemente, diferentes estudios neurológicos y de comunicación dicen que funciona. Son mensajes simples, fáciles de recordar y de entender. Las personas –nuestros cerebros- reaccionamos más cuando nos previenen de peligros o cuando vemos un peligro cerca. Estos mensajes políticos buscan lograr que tengamos esa sensación. Y a veces lo consiguen.
En estas elecciones vascas hemos tenido un ejemplo en el eslogan elegido por el PP, “Si tú no vas, ellos ganan” reutilizando la frase, ya usada por el PSC en Catalunya (precisamente contra el PP) de “Si tu no vas [a votar], ellos ganan [vuelven]”. Y no ha sido solo un vídeo o un eslogan de campaña. Tal como bien dice Julio Otero en su blog, también han usado un cartel que muestra a Sabino Arana y a Josef Stalin juntos, que pretende generar esa sensación de miedo. Se trata, según Julio, de una campaña publicitaria que “apela al miedo y demoniza las ideologías de sus rivales: el nacionalismo y el socialismo (en sus distintas variantes). El anuncio vincula los proyectos ideológicos de sus contrincantes electorales a dos figuras políticas que algunos ciudadanos consideran muy radicales y excluyentes. Ante proyectos excluyentes, el PP se presenta como una fuerza moderada y alejada de aventuras que dividan a la sociedad”.
Al PP Vasco no le ha servido esta apelación al miedo. Tal vez porque no estaba del todo bien construido el mensaje (es una repetición del mensaje del PSC, y en una campaña reciente) y por otros detalles, en el caso del cartel porque no era creíble poner a Arana y a Stalin juntos (es bastante surrealista), y una apelación al miedo debe conseguir que sea creíble para tener resultados. Por supuesto, queda claro que el contexto de crisis también ha tenido que mucho ver para que el PP perdiera 16.000 votos. La táctica del miedo no ha logrado superar la realidad que se ve en los telediarios.
Fuente: Blog de Xavier Peytibi