Por César Calderón
Como saben, un lugar común en la red, es la especie de que los políticos en Twitter tienen que conversar con los ciudadanos, y que esto mejora la percepción de los mismos mostrándoles más humanos, reales y accesibles.
Vaya por delante que soy de los que creen que basicamente es así, que efectivamente deben conversar dentro de una estrategia, cuidando siempre de cómo, con quién y cuándo.
La cosa es que a raíz de mi trabajo con un cliente, político de primera fila de un país latinoamericano, me puse a estudiar a fondo los diferentes modelos de conversación de los políticos con mejores números en Twitter, tanto en su país como a lo largo y ancho del planeta, descubriendo para sorpresa mia, que – pásmense- ninguno de ellos conversa realmente en Twitter, y que – de nuevo, gran pasmo- la mayoría de esas cuentas están llevadas por gabinetes profesionales.
Como muestra, tres ejemplos, que no son otros que el presidente norteamericano Barack Obama, el venezolano Hugo Chavez y el primer ministro Británico David Cameron. Todos ellos con varios millones de seguidores, estrategias de comunicación diametralmente opuestas y en paises muy distintos, échenle un vistazo y comprobarán que de conversación, nada de nada.
Tras este sorprendente descubrimiento, uno de mis consejos a este cliente fue evitar entrar en conversaciones en Twitter con usuarios desconocidos, marcando una estrategia de conversación elitista ( con usuarios de reconocido prestigio) y dentro de un rango de temas que le son propios.
El resultado de dicha estrategia lo hemos podido comprobar 4 semanas más tarde, en las queel político en cuestión casi ha doblado su número de seguidores, mejorando de igual forma la percepción del mismo y sus valores en la comunidad de influencia.
Por tanto, cuando le hablen de eso de la “conversación”, que por cierto sigo defendiendo acuérdense de esta historia.
Fuente: Blog de César Calderón