El Asesor Político en campaña no debería maquillar al Ogro ni desmaquillar al Payaso, sino resaltar las virtudes del candidato y hacer efectivo lo que quiere transmitir con sus Proyectos. En el caso de no tener un buen candidato se encienden las luces al Programa de Gobierno, pero no se le miente a los electores. Debería haber un Código de Ética Profesional
El Consultor Político, enfatizado en campañas electorales, debe, indefectiblemente, tener un Rol Social a la hora de cumplir con sus funciones profesionales, ya que la profesión, tan apasionante, tiene una gran identidad pero necesita de fundamentos éticos para la Sociedad.
Un Trato Consuetudinario guiado por la moral, o simplemente, un Contrato Social, o más simple aún, un Código de Ética Profesional, trabaja como herramienta que conciencia y educa tanto al Consultor como a la Sociedad.
Ese código debería tener al menos tres postulados, Compromiso, Integridad y Responsabilidad Social.
– El Compromiso Social de explotar sus cualidades con juicio sereno.
– Integridad Profesional al momento de utilizar los métodos de comunicación política, es decir, manejarse con decencia y honestidad.
– Y por último, una gran Responsabilidad Social porque los Consultores no son Individuos Aislados, llegan para incidir en los cambios de las sociedades políticas.
En más de una oportunidad me tocó leer acerca de “campañas sucias” planteadas por reconocidos Consultores Políticos Internacionales, me atrevería a decir, quizá inoportunamente, como Consultores encárguense de fijar una Campaña Exitosa, la Deshonestidad déjenlo a los políticos, ya que son incontrolables, y ahí ya no tienen ninguna incidencia sobre ellos desde el papel de Asesor de Campaña. Un Código de Ética para los políticos es un punto y a parte, se dará en otro capítulo. Recordemos que el Político tiene más necesidad de enfatizar la ética como valor central de su profesión y su ejercicio.
Existe un alto nivel de desarrollo de la Profesión de Consultoría Política, lo cual demanda más exigencias y responsabilidades.
El principio de Veracidad del Abogado nos dice “En el ejercicio de la profesión el abogado debe evitar escrupulosamente toda alteración de la verdad.” Es un digno postulado a emular, lástima que al mismo tiempo que nos alienta el Código de Ética del Abogado, nos demuestra que, en la mayoría de los casos, lo lindo queda solo en palabras.
Fuente: La Fábrica de Políticos