Con mucha frecuencia me preguntan cuáles son el momento y la forma más adecuada de iniciar una Campaña Electoral. Pero generalmente cuando me hace esta pregunta es porque la campaña ya arrancó, la mayoría de las veces sin tener una estrategia definida y con un grave desorden.
Generalmente los candidatos y sus equipos gastan la mayor parte del tiempo que disponen, desde que son designados candidatos al día del inicio legal de la campaña, en festejos y negociaciones políticas y prácticamente nada de tiempo le dedican a generar una Estrategia que les permita conducir y coordinar todos los recursos de que dispondrán para ganar la elección.
A lo que equivocadamente le llaman muchos una estrategia electoral se reduce a elegir un logotipo, un slogan o frase de campaña, a escoger la foto oficial del candidato para los impresos y a ordenar una serie de materiales sin sentido y sin objetivos bien definidos.
Por eso es importante señalar que una Estrategia de Campaña se crea en base a un proceso previo de investigación, de reflexión y de pruebas que nos deben llevar a encontrar los Mensajes Claves que nos ayudarán a que la mayoría de los electores que acudirán a las urnas voten por nuestro candidato.
Una Estrategia de Campaña no puede diseñarse sin esa previa investigación y no hay nada (ni la intuición, ni las giras de contactos, ni la experiencia política, ni la sensibilidad social del candidato, ni los buzones de opiniones, ni las llamadas a los medios de comunicación) que pueda sustituir a la investigación para conformar una estrategia ganadora.
La investigación que se sustenta en Encuestas, Grupos Focales (Focus Groups), Entrevistas de Profundidad y la Investigación Sociodemográfica es la única que nos puede dar los insumos reales y objetivos para construir los Mensajes que habrán de convencer a la mayoría de votar por nuestra oferta.
Sólo la investigación debidamente realizada nos ayuda a evitar que los subjetivismos, el culto a la personalidad del candidato y otros supuestos que se generan en los candidatos y sus equipos nos desvíen del verdadero camino al triunfo.
Así, cuando la investigación nos ha ayudado a construir los mensajes adecuados para convencer a la mayoría de votar por nuestro candidato y hemos detectado cuáles son los medios de comunicación más adecuados para transmitir esos mensajes, nos comunicamos de manera adecuada con los electores y podemos entonces medir cuáles han sido los efectos de nuestra campaña.
En esta etapa entra de nuevo la investigación, que nos permitirá saber a ciencia cierta, y no con supuestos, cuál ha sido el resultado que hemos obtenido en nuestra campaña, lo que nos permite hacer los ajustes necesarios a tiempo para garantizar que vamos camino al triunfo.
De esta manera podemos responder a la pregunta de ¿cuándo y cuál es la forma más adecuada de empezar una campaña?, porque la respuesta es muy sencilla.
¿Cuándo?: cuando tengamos lista una verdadera Estrategia.
¿De qué forma?: en la forma que señale la propia Estrategia.
Fuente: Blog GPConsultores