Por: Diana Rubio
Muchos son los que opinan que detrás de un gran político, hay una gran mujer. Pero dentro de la verdad que contempla esta frase, debemos recordar que detrás de un político, también hay un gran equipo de consultores políticos.
Pero, ¿qué es un consultor político? Esta figura ha jugado en muchas ocasiones un papel vital en procesos electorales alrededor del mundo. Si buscamos una definición completa de este profesional, diremos que el consultor político es el especialista que cuenta con la confianza del político, partido o candidato gracias a los conocimientos especializados y la experiencia y que ayudarán a éstos a conseguir el poder o mantenerse en él.
El consultor político suele hacerse visible normalmente en campaña electoral, ya que es durante esos días donde su trabajo se percibe de manera más directa, aunque bien es sabido que la campaña se lleva a cabo de manera permanente y por tanto, sus funciones son constantes en el tiempo.
Si echamos la vista atrás, vemos que siempre han existido especialistas en materias que están relacionadas con la política. Retórica, oralidad, medios de comunicación y redes sociales y nuevas tecnologías a día de hoy, son parte de los elementos indispensables de la vida diaria de estos consultores.
Dentro de sus campos de actuación, podemos hablar entre otros de las asesorías, creación de estrategias, formación individualizada, estudios personales, apoyo al liderazgo, entrenamientos, marketing y lo referente a campañas electorales.
Pero esta profesión tan necesaria y al orden del día, cuenta tanto con adeptos como con detractores. Parte de la culpa de su mala fama la tienen las prácticas tóxicas políticas generalizadas de manera internacional, que ha conseguido devaluar la imagen del consultor. Corrupción, falta de transparencia, maquillaje de cifras y sobre todo el enchufismo de personal sin conocimientos debido en ocasiones a los favores pasados forman parte de este listado negro.
No toda la culpa es siempre del propio político, también existe oscuridad entre la propia profesión, es decir, personajes que se hacen llamar consultores que viven de la mentira, el engaño, el robo y el aparentar. El intrusismo es una de las mayores enfermedades que afecta a la consultoría.
Para hablar de consultor político, son necesarios unos conocimientos determinados que poder aplicar, tener experiencia en el campo que nos ayude a mejorar en el caso de no conseguir los objetivos previstos, y ostentar una serie de características que potencien la profesionalidad individual o en grupo de esta profesión. La coherencia, confianza, buen comunicador y dotes de creatividad y relaciones públicas forman parte de las mismas.
Por ello, considero que un consultor político debe ejecutar acciones que fomenten la política de calidad y tener cierta ética a la hora de llevar a cabo determinadas acciones, donde una práctica correcta y anclado en el sentido común prevalezca al aumento progresivo de las arcas propias. El tener un consultor detrás, tiene un precio que a día de hoy, la coherencia y la austeridad se encargan de regular. No por cobrar más, se consiguen los mejores resultados y viceversa. Establezcamos el punto medio y hablemos desde la propia razón.
En este enlace en el blog de Ignacio Martín Granados, encontrareis un estupendo resumen de lo que un consultor reconocido y considerado el padre de la consultoría política en España como es Jose Luis Sanchís opina del pasado y futuro de esta profesión.
Fuente: Política y Protocolo