Por: Daniel Eskibel
El Comandante Data nunca fue candidato a nada. Ni candidato a Presidente, ni a Alcalde, ni a Legislador, ni a Gobernador. Nada. Es que nunca fue político. Tampoco nunca votó. No fue jamás un votante. Es que ni siquiera era humano.
En realidad el Comandante Data era un androide, uno de los protagonistas principales de la serie televisiva “Viaje a las estrellas. La nueva generación”.
No era humano pero deseaba serlo. Tanto lo deseaba que su gran empeño estaba en resolver el misterio de las emociones humanas. Comprenderlas, descifrarlas y vivirlas. Fue para vivirlas que en algún momento se injertó un chip que le permitía a su cerebro de robot simular emociones. Lo cual le trajo unos cuantos problemas, claro está.
Paul Ekman no es un robot
Tampoco es un personaje de una serie televisiva. Aunque sí es la base científica de una serie muy popular de la cadena Fox: “Lie to me”. Si no la has visto te la recomiendo. Trata acerca de un equipo de científicos del comportamiento humano especializados en detectar emociones y mentiras a través del análisis de los gestos de la cara.
La serie es asesorada por el Dr. Paul Ekman, quien ya dije que no es un robot sino un estudioso de las emociones humanas y de sus expresiones no verbales.
Un científico que ha estudiado en profundidad las emociones humanas y que lo ha hecho en diversos contextos culturales. Que ha logrado identificar y describir las emociones básicas, aquellas que están presentes en todos los pueblos y culturas.
El votante es un ser humano
La abrumadora mayoría de los votantes no son científicos como el Dr. Ekman. Por lo general se entiende que tampoco son androides como el Comandante Data. Son humanos, lo cual es mucho decir.
Si son humanos, tienen emociones. 2 más 2 es 4. Presencia de humanos significa presencia de emociones. Inevitablemente. Unas u otras, pero emociones al fin.
¿Qué es una emoción?
Es un estado afectivo acompañado de cambios orgánicos y que resulta de una reacción subjetiva ante el ambiente.
Los políticos son parte del ambiente humano. Y no son registrados por los votantes como lo podría hacer una máquina, sino que son registrados de un modo subjetivo. El votante reacciona subjetivamente ante el político. Y vive en relación a él un estado afectivo acompañado de cambios en su organismo.
Esas emociones que siente ante cada político son vitales a la hora de decidir su voto.
Las emociones básicas
La cantidad de emociones que es posible que sienta el votante frente al político no es infinita. Ni siquiera numerosa. En realidad es una lista reducida. Son las emociones básicas que cualquier ser humano siente ante cualquier evento de su ambiente. Unas pocas emociones, que a veces se pueden combinar entre sí y que a veces generan otros estados afectivos derivados.
Pero son unas pocas.
Siguiendo a Paul Ekman, las emociones básicas son solo 7. A saber:
- Tristeza
- Felicidad
- Ira
- Desprecio
- Sorpresa
- Asco
- Miedo
Al fin y al cabo son las mismas que postulara Charles Darwin en su tiempo. Confirmadas experimentalmente por Ekman a fines del siglo 20 y principios del siglo 21.
Ahí tenemos, pues, las 7 emociones que puede experimentar el votante hacia candidatos, políticos y partidos. Las 7 emociones que puede sentir ante cada campaña electoral.
Y tenemos, también, las 7 emociones que puede transmitir el candidato con sus palabras y con sus gestos.
Emociones. De eso también se trata una campaña electoral.
¿También o principalmente?
Fuente: Blog Maquiavelo y Freud