Por: Daniel Eskibel
Para convencer al votante hay que entrar con un mensaje a su mente. Y para que el mensaje ingrese a su mente debe hablar de los problemas reales más que de la política.
2 estilos políticos diferentes
Observa a los políticos. Escucha cómo hablan y qué dicen. Vas a ver que hay básicamente 2 categorías distintas.
- Por un lado están los políticos que hablan de política
- Por otro lado los políticos que hablan de problemas reales
También hay matices, pero esas son las 2 categorías básicas.
Políticos que hablan de política
Su agenda temática está construída en base al propio sistema político. ¿De qué hablan?
- Ideología, principios y valores de su partido político
- Trámite parlamentario de los proyectos de ley
- Decisiones adoptadas por el gobierno
- Acciones y declaraciones de otros políticos
Hablan de política. Partidos, gobernantes, legisladores, decisiones, leyes, candidatos, ideas…Política.
Políticos que hablan de problemas reales
Su agenda temática está construída a partir de los problemas reales que viven distintos sectores de la población. ¿De qué hablan? Por ejemplo:
- De impuestos, salarios, fuentes de trabajo, inversiones, crecimiento económico
- De delincuencia, seguridad, policía, protección a la población, violencia
- De obras bien concretas y definidas, y cómo se hacen y para qué
- De enseñanza, salud, políticas sociales
Van a los problemas reales. Los desmenuzan, los analizan en detalle. Se muestran casi como especialistas en los temas. Los explican. Desarrollan las soluciones posibles. También en detalle y con minuciosidad.
La mente se reserva el derecho de admisión
No todos los mensajes ingresan con facilidad a la mente del votante. Por el contrario: el camino de ingreso es difícil y escarpado. Y la mayoría de los mensajes fracasa en su intento.
Es simple. Los mensajes que hablan de política y solo de política están en franca desventaja. Solo ingresan en la mente de un sector reducido de la población, el de los muy interesados en política.
El resto los rechaza. Y es inútil que sean brillantes y tal. Nada. No entran. Ese no es el camino.
Sigue siendo simple. Los mensajes que entran en la mente del votante son los referidos a problemas reales vividos por la gente. Y punto.
Las cosas son así. Un orador brillante hablando de política será siempre derrotado por un orador mediocre hablando de los problemas reales de la gente.
Fuente: Blog Maquiavelo & Freud