Por: Xavier Peytibi
Está bien demostrado en numerosos estudios que el ser guapo o guapa confiere muchas ventajas a una persona. Ser atractivo influye, por ejemplo en la forma en que son percibidos y tratados por los demás, reciben salarios más altos que la media (10-15% más), son más populares, tienen mejor autoestima, mejores habilidades sociales e incluso mejor salud mental.
Según un estudio de investigación dirigido por el Dr. Chris Solomon, la belleza tiene que ver con la confianza en el liderazgo. En hombres, preferimos a políticos con caras de forma rectangular, la piel clara, y los labios rectos. Cuando se trata de mujeres, el liderazgo y el atractivo son señalados por las caras ovaladas, anchas, ojos grandes, y las cejas arqueadas.
En todos los estudios realizados se observaba una ventaja hacia los demás por el hecho de ser atractivos. Es por ello que, en 2006, un grupo de profesores intentaron realizar el mismo experimento en política. Los suecos Niclas Berggren y Henrik Jordahl, y el finés Panu Poutvaara (recomiendo leer otros estudios de este último) crearon una encuesta online internacional, con fotografías de las caras de 1.900 políticos reales finlandeses. A 2.800 encuestados se les pidió que evaluaran su belleza, así como algunos otros rasgos, en una escala de cinco puntos. La encuesta se llevó a cabo fuera de Finlandia, para minimizar el riesgo de que los encuestados reconocieran a las personas en las fotos. Cada puntuación sobre la belleza de cada candidato se relacionaba después con el número de votos que obtuvieron en las elecciones de 2003 y 2004. A los encuestados se les mostraron las mismas fotos que los votantes finlandeses habían visto en los anuncios de los partidos políticos. También preguntaron a los encuestados a quién votarían en unas hipotéticas elecciones entre cuatro candidatos.
Los resultados fueron claros: los y las más atractivos/as obtenían muchos más votos –hasta un 20% más– que los menos guapos/as. Además, eran vistos como de más confianza, más honrados, más trabajadores y con más competencias. En el estudio también se observaba como los políticos de derechas eran vistos como mucho más atractivos que los de la izquierda.
En cualquier caso, en unas elecciones sabemos no solo el aspecto físico de los candidatos, sino también el contexto, la ideología, y su capacidad oratoria. Imagina al candidato más guapo del mundo pero que no sabe hablar y tiene un programa sin pies ni cabeza. No tiene posibilidades.
Sin embargo, el aspecto sí que puede tener una influencia especialmente poderosa en la minoría indecisa votantes y cuando hay poca información sobre los candidatos. Ser atractivo/a, desde luego, tal vez ayude poco, pero ayuda.
Fuente: Blog de Xavier Peytibi