Por: Xavier Peytibi
Estar atento a la actualidad es la mejor forma de comunicar. Genera más difusión en la prensa y se potencian nuevos contenidos. También permite ser proactivo y liderar la conversación, mucho antes que la oposición o la propia prensa. Si nosotros creamos la noticia, no la crearán otros. Hasta aquí la teoría pero, por qué no aprovechar también las modas de la red para lanzar algún mensaje político.
Ayer no era el aniversario de un gran estadista, ni el día contra el hambre en el mundo. Lo que, en todo el mundo era referencia, era que Marty McFly, de Regreso al Futuro, hacía su aparición en 2015. Cualquiera lo podría ver como una moda freak, pero todo el mundo hablaba de ello. A partir de aquí, dos opciones en política: aprovechar que los 4 de 10 trending topics mundiales hablaban de ello para conseguir difusión, o no hacerlo y seguir con los mensajes normales del día a día.
Cada candidato y cada partido decidía y, de hecho, hubo diferentes preferencias. Pero los que más difusión obtuvieron fueron aquellos candidatos que amoldaron su mensaje al hashtag de Regreso al Futuro para lograr difusión. Se trata de algo simpático, que llama la atención (si se hace a primera hora y si se hace bien) y que consigue humanizar a los candidatos, que demuestran que saben de actualidad y de que siguen las modas. Recomiendo el tuit de Marco Rubio, que incluso creó un vídeo anti-Hillary, pero no ha sido el único, y en todo el mundo:
También por aquí, Bildu creó su propio vídeo, muy divertido, que recomiendo ver:
Otras personas, especialmente dentro de las organizaciones de partido lo verán como algo estúpido e innecesario, y que es solo “seguir la moda” pero, como escribió Kiko Llaneras una vez: “aunque es frecuente criticar las modas arbitrarias —como el vermú, la nostalgia o las bicis sin cambio—, yo creo que disfrutar de «tonterías» es una enorme virtud”. De esa virtud también se dan cuenta los activistas. Por unos minutos dejan de ser espectadores de una maquinaria política bien engrasada (o no) para ser cómplices de algo divertido, que pone a su mismo nivel a los candidatos.
Por supuesto no pasa nada por no hacerlo, e incluso tal vez se preserve la “seriedad”, pero considero que nunca hay que perder ninguna oportunidad. La creatividad –y el divertimento- lo son todo para mantener atentos a los activistas y para conseguir más difusión.
Fuente: Blog de Xavier Peytibi