Por: Micaela Mallorca
La comunicación constituye un elemento indispensable en la política, ya lo anticipaba el académico Wilbur Schramm al decir que “los políticos tienen que ser expertos en comunicación, debido a que tienen que ofrecerse a sí mismos, dar a conocer resultados y persuadir a los votantes”.
Entendemos a la comunicación política como a la disciplina que se encarga de producir mensajes y difundirlos, incluyendo tanto a aquellos generados por el sistema político, como así también a los que apuntan a afectar de cierta forma el funcionamiento del mismo.
Las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación), proporcionan un gran abanico de posibilidades que se debe examinar con mucho cuidado, ¿por qué digo esto? Si bien estas tecnologías permiten, por ejemplo, a los gobernados sentirse de algún modo más cerca de los gobernantes, y estos últimos pueden compartir sin problemas a través de las redes sociales su día a día, las decisiones tomadas, entre otras cosas, sostengo que se corre el riesgo de perder el eje, por decirlo de alguna forma.Hoy en día, encontrándonos inmersos en una sociedad de la información y en un contexto de globalización que involucra a todo el globo, sucede que la comunicación política se encuentra con la paradoja de que no solo debe pensar en qué comunicar, sino de qué forma y a través de qué medio en particular.
Los políticos (y/o sus asesores) tienden a querer sacar provecho de todas estas nuevas herramientas que la red les proporciona, y en dicha maniobra, la comunicación que en un principio busca ser política se transforma en una mera interacción que no produce modificación alguna en el sistema. Me atrevo a señalar el caso de Snapchat, esa popular aplicación con logo de fantasmita que se apoya en el envío de archivos que luego “desaparecen” del dispositivo del receptor momentos después de que este los haya visualizado y que hace poco comenzó a abrirse camino como un factible canal de comunicación de gobernantes a gobernados.
Recapitulando: la comunicación política busca tener algún efecto en el sistema de ese mismo rubro, de lo contrario, pasaría a ser solo comunicación. Actualmente, esta disciplina puede gestarse desde múltiples canales, lo cual representa una ventaja y a la vez una desventaja acorde al uso que se les otorgue.
El desafío es tener siempre como centro al sistema político.
Fuente: Política Comunicada