Por: Karen Gaviria
Cuando miramos unos años atrás era común encontrar dentro de cualquier escenario político, la capacidad de los gobernantes y sus asesores, para generar campañas negativas, que colocaran en tela de juicio tanto la gestión del ya elegido, como el proceso del que espera serlo.
Estas campañas tienen una influencia marcada en la política estadounidense, y se encargan de generar emociones negativas acerca de un tema en específico, logrando llevar a sus públicos objetivos al sentimiento de miedo, para que después cuando muestren su candidato como el príncipe protector, las personas voten por él; no necesariamente porque les encante sus propuestas, sino porque lo ven como el único capaz de alejarlos de un final no muy feliz.
Estas campañas tienen una gran carga emocional y son aplicadas en momentos estratégicos de los escenarios políticos, logrando polarizarlos, entre los buenos y los malos, la guerra o la paz, cambio o continuidad, etc. Si salen bien, tienen efectos muy positivos para el que las implementa, pero si no se saben hacer, son como un boomerang que podrían llevar a la ruina política a un candidato o gobernante.
Pero como muchas veces se los he mencionado, la política ha cambiado abruptamente, el electorado se ha vuelto sofisticado y esta clase de campañas negativas a través del tiempo han ido perdiendo su efectividad.
Ojo no estoy diciendo que no sirvan, aún hoy en día son utilizadas, pero ya su efecto no es el mismo de antes. Es por eso que en busca de lograr una conquista interminable, candidato – elector, salen herramientas sumamente poderosas como lo es el StoryTelling.
Empecemos por aclarar qué es y para qué sirve. El StoryTelling es la magia de contar algo, es una herramienta narrativa altamente persuasiva, capaz de generar empatía entre un candidato y sus diferentes públicos objetivos, simplemente con el hecho de contar una historia; pero no una historia cualquiera, una capaz de hacer llorar, de sacar del público la expresión “me ericé”, una historia que mueva fibra, de aquellas que son inolvidables.
Hay que tener claro que al pensamiento humano le gustan las cosas simples, las personas queremos que nos cuenten algo de manera organizada, atractiva y lo más importante sencilla, es por eso que aquellos candidatos que hablan como loros mojados o peor aún, aquellos que creen que descrestan porque saben cifras y tecnicismos que las personas no entienden, nunca van a lograr conectarse de manera adecuada con sus votantes, recuerden las elecciones son un proceso emocional no racional.
Esta herramienta es utilizada para posicionar el candidato no solo en la mente de las personas sino también en su corazón. ¿Ustedes pueden imaginarse lo difícil que es eso? Lograr que las personas sientan al candidato cercano, sencillo, sincero, capaz; tanto, para que a la hora de la votación no haya nada ni nadie que logre hacerlos cambiar de opinión.
Lograr esto es de verdad un acontecimiento, en la próxima columna hablaremos acerca de este tema que está revolucionando la política en la actualidad.
Fuente: CrónicaDelQuindio.com