Los partidos políticos, colectivos doctrinales e históricos que colman de sentido las propuestas de los estados, que generan unidad y disciplina entorno a modelos de Nación en occidente, que sirven como tanques de pensamiento y acción institucional; pasan por su peor momento en la reputación colectiva y ello obliga a muchos candidatos en América Latina a auscultar el corazón de los electores con calma y procurar una lectura serena para no sucumbir en sus aspiraciones futuras de lograr el favor del ciudadano.
Desde marketingpoliticoygobierno.com compartimos siete graves errores que podrían leerse como los principales detonantes que generan desprestigio hoy a los partidos políticos, en detrimento del ejercicio de la política y el gobierno en nuestra región.
- EMPRESAS ELECTORALES: Los partidos se han convertido en empresas electorales que solo parecen operar para avalar candidatos y no para forjar propuestas y principios que trasformen la calidad de vida de los ciudadanos de un territorio.
- NO SON THINK TANK: Ya no existen como tanques de pensamiento, pues dentro de ellos hay profundas carencias en materia de investigación y profundización; el vínculo con las universidades es pobre, sus productos físicos y digitales son precarios, ocasionales, detonantes y poco trascendentes en el tiempo.
- LEYES VIOLADAS: La Ley electoral de nuestros países ha sido violada por los mismos integrantes de los partidos siendo ellos mismos un mal ejemplo para las nuevas generaciones de sus propios partidos y generando las sensación de que la filiación política es un asunto tan temporal como la ropa que llevas puesta.
- VEEDURIA COMPRADA CON LENTEJAS BUROCRÁTICAS: Por mucho menos que un plato de lentejas burocrático se han desfigurado algunos partidos en su función de veeduría al sistema. Los contratos con el Estado y otros defectos, generan dependencias nocivas para los partidos en su ejercicio de seguimiento y veeduría.
- OPOSICIÓN CONDICIONADA: Así como la veeduría se ve cooptada por contratación y otros pecados, también se percibe en América Latina que los partidos no hacen un trabajo serio, sistemático, profesional y confiable de oposición política que permita articularse a los necesarios contrapesos del gobierno que permitirían un ejercicio más transparente, ético y eficiente.
- AMBICIÓN DE PODER DESVIRTUADA: ¿Siempre hay partido si hay ambición de poder? Sí y solo sí esa ambición no es de interés individual y se ha gestado como una propuesta colectiva para administrar el Estado. Todo esto suena a música celestial que no se cumple en estas tierras de América Latina, donde son personas las que usan los partidos para llegar al poder con propuestas individualistas y nada afines a consensos intra-partido
- PARTIDOS ENTRE MUROS: La gente del común siente que los partidos siempre están en cuartos oscuros, así lo ven en los medios: en el Congreso, la Asamblea, la Municipalidad, la sede del partido pero muy muy poco en calle, el campo o el parque, cara a cara con el ciudadano, escuchando, tomando nota de sus necesidades. Los partidos les falta más suela, sudor y saliva con las comunidades y ese alejamiento lo están pagando muy caro.
Fuente: Blog de Miguel Jaramillo Luján