Por: Felo Jiménez
En los últimos acontecimientos electorales, hemos visto como candidatos con una ventaja significativa en las encuestas resultan perdedores el día de la elección, pero a qué se debe eso?, por qué perdieron la elección? Será qué las encuestas no son fiables?.
Lo primero que se debe decir es que las encuestas son y serán una herramienta importante en cualquier campaña electoral, y culpar a encuestadoras serias, con trayectoria en sus trabajos y excelentes metodologías utilizadas, no hace más que inducir al error de pensar que se puede prescindir de ellas para futuros proyectos electorales que cualquier político piense desarrollar, pero la encuesta no es más que una fotografía del momento, y decisiones o circunstancias posteriores a ella pueden cambiar la intención del voto en el electorado, y es allí donde empiezan a cometerse errores en una campaña electoral.
Como anteriormente expuse, la encuesta es una herramienta y nos da una fotografía del momento pero debemos considerarla cómo es, cómo una de varias herramientas a utilizar, creer que por el resultado de una encuesta ya se ganó la elección es más común de lo que nos imaginamos y es cuando aparecen las sorpresas, ya que los candidatos al verse favorecidos en estos sondeos de opinión, comienzan a subestimar a los contrincantes o dejan de aparecer en actos y peor aún, comienzan a perder el contacto con las masas regalando así espacios vitales para ganar.
Muchas veces al revisar las encuestas no se toma en consideración el factor VOTO OCULTO, por esto es clave mantener una estrategia electoral dinámica y flexible durante el desarrollo de la campaña digan lo que digan los números, innovando en todo momento y nunca dar por hecho cierto que la victoria es solo cuestión de horas.
Otra herramienta útil al momento de construir una estrategia electoral es la segmentación de las masas, ya que permite identificar características en los votantes no identificables de otra manera y así, se evita gastar tiempo y esfuerzos sin avances en lograr la preferencia del elector, es por ello qué no utilizar este recurso del marketing político genera consecuencias negativas, o en el mejor de los casos estancamiento en una campaña electoral.
Estrategia electoral dinámica y flexible que tenga como consecuencia una campaña exitosa, pasa obligatoriamente porque el candidato, o a quien este contrate para el diseño, puesta en marcha, y desarrollo de un plan con el fin de ganar una elección, tenga la capacidad de generar cambios en la misma, de lo contrario estará destinado al fracaso; ya que en cualquier contienda siempre sucederán hechos que le den la vuelta al panorama, y desarrollar una estrategia rígida en donde no se admita el poder replantear, modificar o hacer pequeños ajustes a la misma seguramente causara problemas para el fin deseado y por supuesto no se ganara en la contienda electoral.
No tener esta capacidad o no contratar verdaderos especialistas en marketing político (que en el mundo hay muy buenos) para conseguir diseñar un estrategia electoral con la finalidad de ejecutar una campaña con posibilidades reales, no segmentar la población electoral de acuerdo a parámetros diseñados para el tipo de campaña, y creer 100% en las encuestas, son inequívocamente los ingredientes necesarios para que un candidato pierda una elección; pero si diseñamos una estrategia política capaz de adaptarse a los momentos, pudiendo cambiar entonces fórmulas de marketing político como por ejemplo: de un Marketing de Guerrilla a técnicas de Neuromarketing, o a un Below the Line, o desarrollar un mix de estrategias de Marketing y tener que eliminar alguna de esas tácticas o incorporar otras que pueda mejorar la percepción de los electores, midiendo los avances o retrocesos en la sociedad previamente segmentada, profundizar o no en un Inbound Marketing, realizando encuestas periódicas sin tomar sus resultados como absolutos y con preguntas que nos puedan indicar un grado de fiabilidad en los resultados, construyendo un buen slogan, diseñando plan de medios, un uso racional del Big Data, cuidando las palabras que se dicen, el lenguaje corporal que se utilice y la imagen que se quiere transmitir a los receptores, entonces estaremos ante una campaña electoral que dará mucho de que hablar.
Es por esto que un asesor de marketing político no deja nada al azar y todo responde a una estrategia.
Fuente: Blog RCP