Por: Jamer Chica
Las crisis son la mejor ocasión para reinventarse, toda vez que ayudan a establecer nuevas estrategias en aras de evitar el colapso; es decir, ante un riesgo inminente, la circunstancia critica te saca de la zona de confort así no lo quieras, so pena de fracasar. La crisis es una flagrante amenaza a la imagen y reputación del candidato, tiene gran capacidad para viralizarse y generar publicidad negativa con el objetivo de destruir la campaña.
En este sentido, gestionar una crisis no es una tarea sencilla, cada caso de gestión de crisis está determinado por diferentes contextos y actores que hace imposible la estandarización de acciones aplicables a todos los ejemplos. Sin embargo, se puede llegar a tener éxito en dicha gestión si se establecen determinados parámetros que contrarresten la vulnerabilidad a la que se puede enfrentar una campaña electoral.
Antes de la crisis.
Análisis previo. Elabora un estudio previo en el que la organización (al inicio de la campaña) analice las amenazas, debilidades y diferentes respuestas para cada uno de los probables escenarios, frente a los mismos se deben establecer acciones a tomar.
Planeación. No esperes a que llegue la crisis para tener un plan. Concebir un plan de crisis parte del análisis previo y contribuye en la construcción de un manual (protocolos) de crisis, la conformación de un equipo de reacción inmediata y el entrenamiento del comando de campaña.
Define la estrategia. La gestión de crisis requiere, además del análisis previo, un diseño estratégico que brinde respuestas acertadas, utilizando diferentes metodologías de persuasión.
Durante la crisis.
Conserva la calma. Las crisis se generan para lograr desequilibrar al oponente, por consiguiente es bien importante tener la cabeza bien puesta y sangre fría al momento de tomar decisiones.
Actúa rápido. Activa los protocolos de reacción definidos por el equipo élite, es importante actuar rápido para contrarrestar la amenaza.
No permitas que la crisis se multiplique. Dejar transcurrir mucho tiempo es fatal, toda vez que pueden derivarse otras circunstancias que pueden causar mayor daño.
Detecta el alcance y sus implicaciones. Identificar el blanco a donde apunta tu enemigo, te brinda la oportunidad de precisar en los mecanismos de defensa que utilizaras.
Comunicación asertiva. No concentres la fuerza de tu mensaje en responder a los ataques, no se debe bailar la música que toque el adversario. Posicionar mensajes en un tono de afirmación, cargado de emotividad y un poco de suspicacia ayudara a cambiar la perspectiva, es solo cuestión de semántica.
Transmite tranquilidad y firmeza. Designa un portavoz que transmita seguridad, fiabilidad y solvencia. Se debe hablar con claridad, seguridad y en un tono afirmativo.
Voltea la página. Un escándalo se puede desviar con otro acontecimiento similar. Sé hábil para cambiar de tema y centrar la atención del público en otro objetivo, así no sea cierto, una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.
Cambia tu condición y viralízala. Pasar de villano a héroe requiere un poco de astucia, pero en caso de lograrlo, saca partido de la publicidad gratuita que te han hecho y viraliza tu nuevo estado, recibirás una avalancha de apoyos.
Después de la crisis.
Haz seguimiento. Evalúa y aprende, toda crisis deja enseñanzas, nunca bajes la guardia, realiza seguimiento permanentemente.
Fuente: Blog de Jamer Chica