Cuando el Elector Percibe el Sentido del Humor, la Victoria Electoral está más Cerca

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Por: Fabricio Betancourt

La risa y el sentido del humor han evolucionado. Pasaron de ser percibidos como ridiculeces sin sentido o sandeces inapropiadas, a distinguirse como rasgos saludables y positivos de una persona. En el siglo XVIII y XIX los filósofos ingleses desarrollaron concepciones de varios sentidos para discernir la calidad de las cosas. Así empezaron hablar del “sentido de la belleza”, “sentido del honor”, “sentido de la decencia”, “sentido común” y “sentido del ridículo” este ultimo conocido actualmente como sentido del humor.

Pasados los años sesenta del siglo XIX, el sentido del humor se convirtió en una virtud altamente valorada, al ser considerado como un atributo positivo en el carácter de una persona. Por el contrario, carecer de sentido del humor se consideraba una de las peores cosas que podrían señalarse de alguien.

Durante el siglo XX continuó siendo mucho más deseable, significándose como parte de un abanico más amplio de cualidades personales. Y carecer de sentido del humor expresaba la imagen de ser excesivamente serio, fanático, egoísta o un extremista temperamental e inflexible. Incluso, en los años treinta de dicho siglo, muchos psicólogos vieron el sentido del humor como ingrediente esencial de la salud mental. En suma, el sentido del humor se convirtió en sinónimo de ser equilibrado y bien adaptado, capaz de adecuarse al estrés, templado –persona moderada-, afable, no propenso a la ira y en definitiva, una persona relajada.

No es sino hasta el siglo XX, cuando en EE.UU el sentido del humor adquiere connotaciones sociopolíticas y publicitarias, que convierte la imagen del humor en un signo de tolerancia y democracia en contraste con las ideologías del nazismo y el comunismo ruso, a quienes se les presentaba con una imagen desprovista de humor. Este cambio de percepción de la imagen del humor, visto como un rasgo de personalidad tendente al disfrute o creador de gozo duradero en la vida diaria de la persona, determinó que en el siglo XXI el humor sea una cualidad necesaria para ser político, convirtiéndose en una verdad preconcebida. Hoy en día, la población considera el humor como importante factor de salud física y mental, el no tenerlo hace presumir lo contrario. Por otro lado, si bien hemos desarrollado de forma rápida y eficiente, la habilidad en que formamos impresiones relativamente “acertadas” de las personas y que han servido para la supervivencia en la evolución humana, el buen sentido del humor ayuda a que esa impresión sea positiva, ideal y armoniosa para los terceros. 

  1. De esta manera, en la política el humor se lo usó para atacarse y defenderse mutuamente entre liberales y conservadores. A la fecha también se reconoce que el humor puede ser usado de forma agresiva e inapropiada. Esta modalidad puede ser considerada una aberración; el humor normal es simpático y benévolo, es decir, que el humor basado en la agresión no disfruta de los beneplácitos del elector contemporáneo, salvo algunas contadas excepciones del caso. Como se mencionó anteriormente, se evidencia una preconcepción de la visión del humor en la sociedad que si se asocia con la imagen que tienen los políticos. Según el artículo publicado en el portal web Hudipro, (2016) titulado “El sentido del humor en los políticos” los políticos: “…sonríen, comparándolos en momentos donde están “serios” a momentos en los que están sonriendo, donde desprenden más humanidad, y a nosotros nos da más confianza, y también tranquilidad”

En definitiva, es necesario aclarar que el sentido del humor tiene grandes atributos que ha permitido posicionar a los políticos en forma estelar y si se quiere, les ha dado un toque pop y cool. De un discurso conservador, decadente y triste, el humor, lo ha transformado en una marca progresista, dialogante e incluyente, que no se identifica con ninguna ideología, sino que se funda sobre la base de la “buena onda” y la esperanza.

Aclaro, que el sentido del humor no necesariamente es prueba cierta de lo que en verdad pensamos sobre los políticos.

Aprende más sobre de cómo usar el Humor Político en “El arte del ataque y la defensa con humor político” escrito por Fabricio Betancourt http://bit.ly/2ClXNLi