Por: Diana Rubio
Hablar de protocolo y de relaciones institucionales también es hacerlo de dar imagen y aportar valor añadido, donde la comunicación es el factor indispensable para poder ser.
Entre otras acciones comunicativas y con el fin de tener informados a los públicos desde un sentido formal, las instituciones han utilizado varias fórmulas escritas, como las cartas de felicitación y pésame, los saludas y los comunicados enviados a los medios de comunicación, por citar algunos.
Esta comunicación escrita ha sufrido transformaciones derivadas de las nuevas maneras de comunicarnos, donde la inmediatez que aporta lo online está a veces muy por encima de otros canales y formas de comunicación, incluso convirtiéndose en la fuente sobre la que se escriben ríos de tinta.
La comunicación demuestra este giro ya asentado en la sociedad cuando la manera de dar la enhorabuena, felicitaciones o pésame se hace mediante un tuit.
Ese punto de partida que los comunicados oficiales dan, comparten protagonismo con los tuits. En consecuencia, la forma de ver las comunicaciones escritas que forman parte del protocolo, demuestran como esta disciplina también se adapta a los nuevos tiempos y no es ni obsoleta ni rígida, como muchos piensan. Esto no quiere decir que los comunicados tradicionales se hayan extinguido, al contrario, Twitter les da a éstos una nueva esencia mas formal, y es que aunque nos decantemos por comunicación online, en determinados contextos siempre será mas oportuno un documento tangible.
Si volvemos a territorio online, actualmente, no se concibe como institución que se refiere a sí misma como seria y con buena imagen sin una cuenta en redes sociales y que permita la comunicación directa con los usuarios.
Ese cambio de rumbo encuentra en las instituciones y concretamente en su representación a través de los personajes públicos (una institución no puede invitar, felicitar…es una persona en nombre de la institución) su mejor ejemplo, los cuales utilizan la red social Twitter y sus códigos como medio de comunicación en sí mismo, incluso le otorgan cierta oficialidad para lanzar comunicados, mensajes.
Desde felicitaciones a deportistas españoles, a los cuales invitan posteriormente a visitar la institución, reunirse con el Jefe de Estado o primer ministro y tener la foto de rigor, hasta utilizar su velocidad para comunicarse con mandatarios de otros países, dar pésames por alguna desgracia acontecida o incluso, pedir una cita presencial.
Mención aparte merece la cuenta del actual presidente de los Estados Unidos, que ha hecho de Twitter su oficina de prensa particular, una práctica que tampoco es demasiado oportuna a la hora de lanzar muchos de sus mensajes pero que se cerciora de que llegan a quienes él quiere de manera rápida, directa y sin dilaciones.
Twitter supuso una revolución en las campañas electorales hace ya 10 años, siendo Barack Obama uno de sus mayores partícipes, incluso utilizó este canal para anunciar su reelección para la segunda legislatura.
Las cuentas de Twitter son herramientas poderosas que promulgan cercanía con los usuarios, que demuestran conocimiento de cómo ha cambiado la sociedad y sus necesidades y tiene el beneficio, o no según se mire de la premura, de la rapidez y de jugar con el tiempo a favor.
Particularmente estas notas y cartas se hacen inmediatas gracias a la red del pájaro azul, utilizada en muchas ocasiones como medio “oficial”. Considero que es una práctica loable siempre y cuando se utilicen sabiamente y con los códigos de lenguaje y comunicación que Twitter requiere y formen parte de la estrategia comunicativa junto con los otros materiales escritos protocolarios, utilizándolos a su beneficio según requieran las situaciones.
Fuente: Blog Política y Protocolo