Por: Jorge Santiago Barnés
El filósofo francés Henri Bergson dice: “Es preciso obrar como hombre de pensamiento y pensar como hombre de acción”.
Los servidores públicos que dirigen, administran y gestionan nuestras ciudades, nuestros municipios y, a veces, hasta nuestra forma de vida, deben reflejar todo un proyecto de ciudad. La imagen de toda una ciudad. Responsables, eficaces y enérgicos en sus decisiones y planteamientos, deben erigirse en la bandera que ondea los municipios y en el blasón que enarbolan los ciudadanos.
Los aciertos, errores, logros y fracasos que alabamos o criticamos donde vivimos, son beneficios, traspiés, intereses o decepciones de nuestros alcaldes y no haberes de un proyecto municipal bien o mal gestionado. “Quiero ser alcalde… debo ser responsable”.
Un Alcalde debe ser consciente de que por sí solo no puede ser garante del puesto de regidor. Debe comprender que, junto al resto de su equipo de gobierno, va a encontrarse en la necesidad de estructurar mecanismos y procedimientos alternativos de gestión. Que los acuerdos son necesarios. Que las alianzas, a veces, son inevitables. Que no debemos luchar por lo que queremos. Sino esforzarnos por lo que apremia y urge. Pensar que lo sustancial no reside en lo uno cree, sino en lo que defienden y salvaguardan los habitantes del municipio. “Para ser alcalde …. hay que conocer y comprender la tierra que se quiere gobernar”. No basta con formar parte de una lista. No basta con haber sido elegido por el partido… Debe ser elegido previamente por los ciudadanos.
Max Scheler afirma: “ El jefe tiene que saber que es jefe, y tiene que querer ser jefe”. Estas palabras, que reflejan la voluntad que debe afrontar todo dirigente con intención de ser alcalde, evidencian el cuidado y esmero con que debe afrontar, también, su tarea de ser candidatable. Si se presenta como vanidoso, retórico y locuaz, el pueblo le conferirá una imagen de demagogo; si exhibe emociones fuertes, se dirá que tiene carisma. Si es tímido, que se ahogará en sus propias decisiones. La percepción social siempre estará presente. Y siempre condicionará la candidatura. Quiero ser alcalde… aprende a encajar opiniones. Asimila que, aún teniendo razón, se puede no tenerla. Que estando en la verdad, nos pueden cuestionarla y ganar.
Aunque en política municipal los tonos grises permanezcan ocultos o aparentemente escondidos y siempre sea difícil obtener datos precisos de porqué la gente piensa lo que piensa, vota lo que vota o quiere a quien quiere, no hay que subestimar la importancia de averiguar el verdadero ejercicio de poder que ejerce la comunicación porque, aunque la imaginación popular es proclive a creer en todo tipo de historias, de poderes secretos, de listas para alcaldes misteriosas, hay datos suficientemente reveladores que demuestran la existencia de buenas prácticas y gestiones para las candidaturas municipales. Quiere ser alcalde… aprenda primero a ser político.
Jorge Santiago Barnés es miembro del consejo directivo de la Asociación de Comunicación Política (ACOP)
Fuente: prnoticias.com