El Conocimiento del Electorado como Táctica para ¡Ganar!

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Por: Jamer Chica

Para poder influir en la decisión de los votantes es necesario conocerlos detalladamente, saber cómo piensan, cuáles son sus afinidades políticas, sus gustos, sus intereses y cuáles son los móviles que los llevan a tomar sus decisiones electorales. Anteriormente, el conocimiento del nicho electoral y el estado de opinión se hacía bajo el olfato intuitivo que predominaba en las campañas tradicionales, tanto los partidos políticos como los candidatos apelaban a esta vieja y rudimentaria técnica para confeccionar las campañas bajo una misma fórmula que se repetía una y otra vez.

Ahora bien, con la evolución de la investigación y la aparición del marketing en el escenario político se dio paso al estudio sistemático y pormenorizado del electorado aplicando las mismas técnicas que se desarrollaban para estudiar al mercado comercial, la encuesta y las herramientas de sondeo ofrecían ciertas ventajas con las que no se contaba anteriormente para identificar los puntos sensibles de la base electoral, esta radiografía de los votantes a la postre brindaba la gran oportunidad de implementar una estrategia que proporcionara una mayor probabilidad de alcanzar una victoria en las urnas, lamentablemente en la actualidad todavía hay una gran cantidad de candidatos que no logran superar el esquema anterior y aún siguen apelando al olfato intuitivo para desarrollar sus campañas.

El conocimiento de la masa electoral en la época contemporánea tuvo sus inicios con Ola Babcock Miller, una conocida activista demócrata y defensora de los derechos políticos de la mujer que nació el 1 de marzo de 1871 en Iowa (EEUU), un Estado que era dominado por los Republicanos. En 1927, después de la muerte de su esposo, fue candidata por el Partido Demócrata para ser la Secretaria de Estado de Iowa; Miller tenía dos fortalezas, su excelente capacidad de oratoria y el apoyo de su yerno, George Gallup, un joven politólogo quien además era un sobresaliente matemático.

Gallup por petición de su suegra, investigó a los ciudadanos aplicando para ello las primeras encuestas políticas de la historia, después de indagar cuales eran las necesidades, gustos e intereses de los electores, Ola Miller ganó las elecciones y se convirtió en la primera mujer en ser Secretaria de Estado de Iowa, gracias a la ventaja que tenía frente a su contrincante: saber exactamente lo que le importaba a la gente, lo que querían oír, lo que les preocupaba, elementos de los cuales se valió para enfocar su discurso.

Ola Miller y George Gallup sabían con certeza qué mensaje emitir a cada segmento de población con base en la información que habían adquirido previamente, desde entonces el conocimiento del elector a través de las herramientas de medición y la segmentación electoral se convirtieron en variables indispensables para cualquier campaña política que quisiera triunfar.

El conocimiento del electorado ha sido una táctica determinante para el triunfo de muchos candidatos políticos, esta ha evolucionado con las campañas políticas actuales toda vez que el conocimiento que se debe tener del votante obliga a desarrollar procesos investigativos que conllevan a desechar los viejos esquemas intuitivos en la comunicación política para dar paso a modelos estratégicos, hoy en día se brinda mayor relevancia a las campañas de acercamiento con los ciudadanos, escucharles con el fin de obtener los insumos necesarios para construir una adecuada plataforma programática.

Contar con la suficiente información sobre la población votante, es ir un paso adelante en la elección, lo cual garantizara que se utilicen eficientemente los recursos físicos y humanos de los que se dispone, el diagnostico socio político es el corazón de la estrategia electoral, una campaña política sin estrategia es equivalente a un barco en altamar sin una brújula, toda vez que el diagnóstico se convierte en el sustento que da vida a cualquier proceso político – electoral, por esta razón las campañas se han interesado por captar información del mercado votante que antes no poseían, estudiar el comportamiento del elector y sus hábitos es determinante a la hora de posicionar el mensaje político.

La segmentación electoral permite identificar claramente el mensaje más oportuno para cada nicho poblacional, contribuye a despertar el interés de los ciudadanos, a ganar adhesiones de los simpatizantes y a generar movilización entre los votantes. Cuando se conoce previamente la estructura que compone al electorado, se puede construir de una manera eficiente la estrategia, al identificar el momento clave para abordar a cada grupo y los medios empleados para tal fin. En este sentido, la clasificación del electorado se desarrolla teniendo en cuenta diferentes variables como son: la edad, el sexo, el rango social, la educación, los intereses, el territorio, los problemas comunes, entre otros.

El estudio detallado del elector nos permite identificar cuáles son los grupos poblacionales y sectores en los que se debe hacer mayor énfasis, además brinda la oportunidad de elaborar un mapeo con el fin de realizar una mayor y mejor cobertura en el terreno, cuales son las herramientas que se deben utilizar en los diferentes momentos, cuáles son los insumos más importantes para construir los discursos (mensaje), cuales son los rasgos más sobresalientes de los adversarios (fortalezas y debilidades), en que segmentos no impactar, además de determinar las tácticas y los medios; en conclusión, el estudio electoral nos ayuda a reconocer todos y cada uno de los aspectos de la campaña, no hacerlo significará improvisar y caminar sin rumbo alguno.

Fuente: Blog de Jamer Chica


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