Por Ana Polo
Sí, JFK también necesitó ayuda para convertirse en un gran orador. De hecho, todos los grandes oradores de la historia necesitaron en algún momento de su vida entrenamiento intensivo para conseguir transmitir confianza, liderazgo y persuasión (Demóstenes es el ejemplo clásico). John Fitzerald Kennedy, cuando era congresista, era bastante malo dando discursos: en la biografía “John Fitzerald Kennedy: An Unfinished Life” su autor, Robert Dallek, nos relata como el futuro presidente de los Estados Unidos se quedaba hasta las tantas con su padre, Joe Kennedy, repasando cada una de las intervenciones que había realizado para mejorar su técnica.
Cuando Kennedy se convirtió en Senador se rodeó de un equipo brillante que continuó la tarea de “pulir el diamante”. De sus asesores en comunicación, el más conocido es Theodor Ted Sorensen. Él fue el escritor de discursos de Kennedy y es suya la famosa frase “Do not ask what your country can do for you, ask what you can do for your country”. Hoy, a sus ochenta años y prácticamente ciego, Ted Sorensen sigue en plena actividad: no sólo ayudó en la campaña de Obama sino que publicó hace poco un libro “Counselor: A Life at the Edge“.
En el libro: una explicación detallada de los principales eventos que marcaron la administración Kennedy y, lo más interesante, todos los secretos que Sorensen guardaba para escribir un discurso memorable.
Para Sorensen, un buen discurso ha de basarse en cuatro principios:
- Clarity. Un discurso ha de tener una buena estructura y ser claro.
- Charity. Siempre has de alabar a tu audiencia.
- Brevity. John Fitzeral Kennedy siempre decía que todo se podía explicar en 20 minutos como máximo.
- Levity (traducido por “frivolidad”). Dar un toque liviano siempre funciona (Kennedy siempre utilizaba toques de humor).
¿Cómo se construye un buen discurso? Sorensen nos da una técnica:
- Outline. Antes de ponerte a escribir, haz un esquema con todo lo que quieres decir, los puntos más importantes.
- Headline. ¿Cuál es la noticia que estoy dando? ¿Qué elemento de novedad hay?
- Front line. ¿Cuál es el punto más importante del discurso? ¿Cuál quieres que sea el titular de prensa que explique tu discurso?
- Sidelines. Emplea citas históricas. Da cachet y encima ayuda a contextualizar todo lo que estás diciendo. Además, apoyáte en algún verso de un poema famoso.
- Bottom line. El final tiene que ser memorable, digno de recordar.
Y recuerda los “principios de oro” que Sorensen siempre utilizaba:
- Less is always better than more. Si puedes dar un discurso de 15 minutos no te explayes una hora.
- Choose each word as a precision tool. Siempre sé específico y, siempre que puedas, evita las palabras demasiado largas (las palabras de dos sílabas son mejores que las de tres).
- Use variety and literacy devices to reinforce memorability, not confuse or distract. Sorensen era un maestro de la oratoria. Una de sus figuras más empleadas era la del “reversible raincoat” (ejemplo: “let us never negotiate out of fear but let us never fear to negotiate”)
- Employ elevated, but not grandiose, language. La idea es “elevar la vista” de los oyentes, hacerlos pensar en cosas inalcanzables y luego decirles que las podemos conseguir (esto lo utilizo Kennedy en el discurso de “We choose to go to the moon…”)
- Substantive ideas are the most important part of any speech. Si no tienes ideas, el discurso fracasará por muy bien escrito que esté.
Fuente: Blog de Ana Polo
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