Por Andrés Elías
Para llegar a ser un gran estratega político, hay que pensar bajo la lógica de la gente. Quiénes nos dedicamos a la asesoría política, encontramos inspiración en la calle, en el mercado, en el barrio, hablando con taxistas sobre los aconteceres locales. Nuestro objetivo es saber que está pasando por la cabeza de nuestro cliente potencial.
La mayoría de los que nos dedicamos a la estrategia digital empezamos desde abajo, en mi caso he cubierto todos los puestos posibles, salvo el de diseñador y programador. La ventaja que me dio conocer el negocio desde el fondo fue conocer mi negocio desde sus bases.
Como políticos la mayoría iniciaron sus recorridos picando piedra, quemando suelas y tocando puertas, eran grandes líderes intuitivos que tenían la mejor de las encuestas, las de carne y hueso. Su mayor ventaja era que no habían perdido el contacto con la realidad. Se nutrían de ella y a ella se debían.
Muchos de mis clientes políticos no han estudiado en las mejores universidades, ni siquiera han terminado la Universidad, otros apenas hicieron secundaria. Algunos no tuvieron contacto con culturas extranjeras hasta bien entrados a una edad madura. Todo lo aprendieron en la calle, batallando en la vida, como muchos hombres de negocio se forjaron a ellos mismos.
Sam Walton, un hombre sencillo, visitaba frecuentemente cada una de las tiendas Wal-Mart durante toda su vida. Hasta pasó tiempo durante la noche en los muelles de carga hablando con el personal de carga.*
Ramón Areces, fundador de El Corte Inglés, visitaba sus locales y compraba sin que sus empleados lo reconocieran. Luego volvía a su oficina y daba las órdenes necesarias para mejorar el servicio. *
Estos grandes hombres empresarios siempre tuvieron contacto con la realidad de sus negocios y esa fue una de las grandes razones de su éxito.
Sin embargo, hoy la clase política en puestos de poder, han perdido contacto con la realidad, no todos, pero si los suficientes como para que la gente se sienta olvidada y desconectada de su clase política.
Hemos perdido contacto con la gente en el momento más clave de la historia. El coronavirus es una guerra, y el primer principio de la guerra es el principio de la fuerza. El ejército más grande siempre tiene la ventaja. Aun, el gobierno más grande pierde parte de esa ventaja si no puede mantenerse enfocado en la batalla que tiene lugar en la mente de los electores.
La desconexión entre la clase política con la ciudadanía será lo que vamos a recomponer en la época post Covid-19.
¿Cómo recoge información objetiva un presidente de la república ocupado sobre lo que realmente está ocurriendo? ¿Cómo evita la tendencia de sus ministros o secretarios a decirle lo que ellos piensan que quiere oír? ¿Cómo consigue las malas noticias además de las buenas? Si no obtiene las malas noticias directamente, las malas ideas pueden florecer en vez de ser anuladas. *
Necesitamos más políticos que busquen obtener opiniones honestas de lo que está sucediendo. Como los reyes, los presidentes rara vez obtienen opiniones honestas de sus ministros. Simplemente, hay demasiada intriga en la corte.
Lo mejor que puede hacer un político es elogiar la información honesta. Una vez circule la noticia de que el presidente premia la honestidad y la objetividad, llegará mucha información interesante.
En vez de hablar de las cosas, hay que salir y verlas por uno mismo.
Como le dijo Gorbachov al Presidente Reagan, durante el primer viaje de éste a la Unión Soviética, «Es mejor ver una vez que oír cien veces ».
PD: Una parte ha sido tomada del “poder de lo simple”*
Fuente: andreselias.com