Por: Yorbis Esparragoza
Desde que el candidato derechista a la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, fue apuñalado este seis de septiembre, su campaña electoral ganó terreno en las redes sociales, aun cuando contaba con poco presupuesto, una estructura de partido pequeña y una escasa exposición en televisión para la propaganda electoral.
Desde casa este exmilitar de derecha conservadora realiza trasmisiones en vivo en Facebook con más de 7 millones de seguidores; hace uso de las cadenas de Whatsapp; en Twitter alberga 2.6 millones de seguidores y en Instagram tiene más de 4.2 millones; entre todas las redes suma más de 13 millones de seguidores. Bien, en un país con más de 100 millones de usuarios en las redes sociales, esta estrategia le ha traído éxitos.
El buen manejo de las redes sociales ha permitido al Partido Social Liberal (PSL), liderado por Bolsonaro -que hasta ahora carecía de popularidad- posicionarse entre los sondeos y obtener más de 48 millones de votos en la primera vuelta, lo que significa un 46% del total escrutado. Ahora la tarea de Bolsonaro será captar el voto de los indecisos.
Sin duda, el atentado en su contra lo catapultó hacia el primer lugar de lo comentado por la opinión pública, pues el mundo quería saber de qué se trataba su propuesta y qué la hacía tan atractiva como para querer eliminarlo de la contienda electoral en el coloso latinoamericano.
Las fake news también suman
A Bolsonaro lo han catalogado de misógino, homófobo y racista. Sin embargo, hay un dicho muy acertado para estos casos: que hablen de ti bien o mal, pero que lo hagan.
Las noticias falsas han sido desmentidas en reiteradas oportunidades por el equipo de campaña del candidato y sus millones de seguidores (llamados “bolsominions”). El discurso planteado para desmentir a los detractores de Bolsonaro ha sido el más acertado: “Llegó el momento del cambio, nuestro valor no será medido por nuestro color de piel, sexo o creencia religiosa”. En defensa de las libertades individuales, la doctrina que defiende el brasilero va en un tono distinto a la de los colectivos de izquierda que favorecen a unos pocos para pisotear al resto. Bajo esta premisa, el equipo del derechista ha actuado ante los medios de comunicación que se dedican a replicar el mensaje negativo contra Bolsonaro, argumentando -además- una notoria preferencia hacia el resto de los candidatos.
En un país como Brasil donde no existe confianza en los políticos por los escándalos de corrupción, violencia generalizada y alto índice de pobreza, las propuestas de Bolsonaro han generado un feroz ataque de la izquierda Latinoamericana, ya que rompen con el modelo implementado durante las últimas décadas, por lo que el discurso del derechista no deberá abandonar los principios de orden, justicia, reducción de impuestos y gasto público.
Por otro lado, las redes sociales deben ser plataforma para campañas sencillas que confronten lo que se ha vivido frente a lo que se vivirá con el cambio del sistema.
Fuente: Blog Polemos Politic