Por: María Vázquez Lorca
La denominada campaña permanente en política y comunicación, ha obligado a que los políticos tengan una vida privada a la altura de lo que sus ciudadanos esperan. Por lo que vemos agradable la imagen del padre de familia entrañable y protector. Podríamos preguntarnos, si cuida de su familia, ¿cómo no va a cuidar de su país?. Una visión tremendamente paternalista de la política que, aunque parece difícil de creer, ha dificultado muchas veces el acceso a mujeres y hombres solteros y divorciados, a algún cargo político y público.
Generar empatía con la sociedad es una estrategia necesaria para un candidato político. Si un líder representa valores que otros desean seguir, le costará menos dirigir a su país en el sentido de percepción de liderazgo. Para la gran parte de la sociedad, la familia representa la base de los valores, y el que la sociedad comparta con el candidato dichos valores genera una conexión que una propuesta o un programa de gobierno no puede dar. Crea una identificación con el candidato. Muéstrame cómo es tu familia, cómo es tu vida y tus ideales, y te daré mi confianza.
Sobre los distintos valores de vida, son la mejor alternativa para formar la personalidad del ser humano, porque sus elementos están en nuestra naturaleza interna. Una serie de valores y actitudes que se muestran como un elemento más de la estrategia de comunicación de la campaña permanente o de la campaña electoral. Se trata de la política mediatizada con imágenes, sobre todo, de corte familiar. Una buena imagen o vídeo de un político rodeado de los suyos. Es un hombre de familia. Un modelo a seguir del que todas las sociedades, en menor o mayor medida de aquí y allá, quieren ver en la presidencia o alcaldías de sus países. Un modelo de conducta que enamore a los ciudadanos. Les inspire.
Fuente: Blog Maria Vázquez