Con Twitter el debate se gana… durante el debate

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El miércoles 15 de junio de 2011, hace apenas unos días, se realizó y televisó un debate entre tres candidatos a gobernador del Estado de México, debate que fue moderado por el periodista Joaquín López Dóriga en un horario nocturno, tal vez con menor audiencia de la que hubieran querido alguno o algunos de los debatientes. El desarrollo, los argumentos y los incidentes del debate no son el tema de este texto sino un fenómeno que a partir de ahora debe considerarse por todo candidato que quiera debatir, el debate paralelo en la red social Twitter.

Hasta ahora la afirmación “un debate se gana en el postdebate” era aceptada sin pestañear, los candidatos preparaban a su equipo para presentarse en medios a darle el enfoque (spin de ahora en adelante) que más les convenía, tenían ya elaboradas las notas de prensa y los actos con simpatizantes declarándose “ganador” lo que sea que eso significara para cada uno. Esa actividad era impresionante, el debate mismo pasaba a segundo término y el interés se centraba en escuchar a los voceros explicándoles a analistas y periodistas por qué su candidato había logrado posicionar sus temas, sus propuestas y por qué sus adversarios habían perdido al debatir con ellos, valía la pena vivir ese postdebate como parte de las campañas.

El año 2008 en Estados Unidos significó la llegada de un candidato y campañas que explotaron al máximo el internet y las redes, aun a mitad de los debates los suscriptores (confieso fui receptor de los mensajes de las campañas republicana y demócrata) recibíamos la crónica “sesgada” contada por cada equipo, cosas como “necesitamos desmantelar las mentiras que McCain acaba de decir en el debate” o “de nuevo Obama viene a ofender a los norteamericanos atacando el patriotismo de nuestros soldados” eran la muestra de la actividad desplegada para convencer y darle el spin favorable a cada equipo, de esa forma alimentaban a los analistas que comentarían el debate, trataban de influir en ellos y por su conducto influir en el elector. Por supuesto, esto no eliminaba la actividad postdebate de los voceros.

Pero el miércoles pasado se inauguró una nueva etapa que seguramente veremos potenciarse en 2012 en campañas presidenciales tanto en México como en Estados Unidos: la presencia de masivos debates paralelos en Twitter. La inmediatez llegó al análisis, a la crítica, a la crónica, a la generación de spins y así fuimos testigos de algunos de estos fenómenos:

—periodistas reportando y haciendo crónica minuto a minuto lo que pasaba, la forma de vestir, de maquillarse, de mover las manos o usar apoyos, registros de las acusaciones y de reacciones, las respuestas o la ausencia de ellas, la repetición de propuestas, etcétera, la crónica era rica y realizada por muchos periodistas, ya no importaba el medio se hacía periodismo desde todo el país y por periodistas experimentados o novatos. Adicionalmente, mesas de redacción, en un tono de imparcialidad describían el debate: “Tal candidato propone tal cosa”, hacían su papel.

—Algunos twitteros superaban la crónica y pasaban al análisis, sorprendiendo que en este papel aparecían algunos analistas conocidos y otros por conocer, pero todos recordando, enfatizando, dando contexto y hasta recomendando lo que podía intentar cada candidato en sus intervenciones, aprobando o desaprobando cada turno y aportando ideas.

—Evidentemente aparecieron miembros de los equipos de campaña con la función de insinuar lo bien que aparece un candidato, la certeza de que ganará, criticando lo mal debatiente de alguno de los otros, lanzando consignas como si ya estuvieran en el festejo y obviamente retwitteando los mensajes favorables que se encontraran en la red. En este grupo, también aparecían los llamados “trolls” dedicados a lanzar consignas negativas a todo aquel que defendiera a otros candidato, cosas como “no se que debate estás viendo, vendido” eran normales, buscando inhibir y desarticular estrategias o manifestaciones que no convinieran a su candidato. No se puede decir que en estos grupos estén los voceros, resulta muy básica y de alguna manera poco analítica la actividad.

—Ciudadanos, interesados en ver el debate y motivados a participar en las discusiones, dando opiniones y mostrando sus preferencias, a veces haciendo preguntas a analistas y a periodistas, un ejercicio por mucho nuevo, interesante y horizontal. Ciudadanos alimentando y alimentándose con importantes politólogos y periodistas; abundaban las bromas, algunas incluso que involucraban a otros actores de la vida política, valía la pena estar en Twitter. Esta actividad siguió durante al menos dos días, se crearon los llamados “Hashtags” (etiquetas) donde se podían seguir los comentarios, y en ellos participaban todos los estos grupos.

La descripción anterior muestra que en una hora se vivió mucho mas que un debate, para 2012 veremos que cada partido se prepara para este debate paralelo, estoy seguro de que veremos una especialización de estas actividades, los voceros que después defenderán a su candidato en medios seguramente estarán antes presentes en Twitter escribiendo y nutriéndose de ideas; no descarto incluso que los candidatos manden tweets al iniciar y momentos después con alguna declaración que pueda ser citada en los medios. Habrá quien diga que el universo de Twitter aun no define una elección, pero como otras veces he afirmado ahí se pueden fijar agendas que al migrar a otros medios se vuelven masivas por ejemplo lo mal maquillado del candidato del PRI en el debate oficial, crítica que surgió inicialmente en la red. Twitter tuvo su presentación en los debates electorales, ahora veremos su evolución.

Fuente: El Economista

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