La creación de grassroots republicanos

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Por: Xavier Peytibi

Ser activista de un partido no solo significa colgar carteles en época de elecciones y cuando te lo ordenan. Ser activista de un partido no solo significa asistir a interminables reuniones aburridas donde politiquillos aficionados quieren dar su opinión, pensando que más minutos hablando es igual a tener más la razón. Ser activista de un partido no solo significa subir a un autobús, dos o tres veces al año, para llenar un pabellón donde solo estarán los que piensan como tú, para aplaudir cuando enfoca la televisión y luego irte a tu casa. Ser activista de un partido no es solo retuitear a muerte lo que tu líder cuelga, o lo que el partido te dice que retuitees para conseguir un trending  topic que no sirve para nada. Y sí, es mi opinión, pero creo que eso es malgastar talento, malgastar tiempo para conseguir votos, y perder motivación de esos mismos activistas. Dejad que un activista ahora motivado, que cree en una ideología y un partido, se aburra y se sienta menospreciado y nada escuchado ni protagonista, a ver cuanto tiempo sigue queriendo ayudar a ese partido.

Algo así han entendido cada vez más partidos en el mundo (y en otras partes aún ni lo han intentado). Como no, en Estados Unidos han sido los primeros en entenderlo, y donde desde 2008 los voluntarios no se deben tanto a burocracias ni a escalafones y órdenes que deben respetar, sino que cada vez disponen de más herramientas, de más ideas y sobre todo de más libertad para ayudar y aprovechar su talento, cada uno con sus posibilidades y con su tiempo, al candidato que quieren que gane.

Ya he escrito muchos ejemplos en este blog, pero me está gustando la iniciativa del partido Republicano estadounidense, denominada “Victory 365”, para llenar las calles, pueblos y ciudades, de voluntarios para ir puerta a puerta, bar en bar, plaza en plaza, para dar a conocer su mensaje. No se trata de publicidad, sino de relaciones. No se trata solo de política, sino de escuchar e intentar convencer, si es posible.

Pero no, no salen a cualquier calle y buscan gente –que también- sino lo que lo hace interesante es que siguen un orden establecido, yendo a determinadas zonas donde saben que el voto es indeciso, o donde fue republicano antes. Todo lo saben desde la palma de su mano, solo mirando su móvil, y después de cada conversación, escriben en esa misma aplicación del móvil, denominada RNC Beacon, qué les ha dicho la persona, si les votará, si no lo hará, qué dudas tiene, si necesita más visitas o llamadas, si jamás querrá saber nada de ellos. Los voluntarios son responsables de identificar, reclutar y construir relaciones con los votantes en sus propias comunidades, con sus vecinos. Y todos los resultados se envían en tiempo real a través del móvil a la oficina republicana central, que gestiona futuras rutas y visitas de esos u otros voluntarios.

Victory 365 – Every Election from Republican National Committee on Vimeo.

Tampoco es una iniciativa electoralista, sino de campaña permanente, que empezó hace casi un año. Hay 13.000 jefes de distrito y decenas de miles de voluntarios para llevar a cabo una campaña de tierra, personal, en todas las comunidades en todo el país los 365 días del año. Además, han creado oficinas, incorporado personal y formado a quien quiera formarse, y buscando también a voluntarios asiáticos, latinos y afroamericanos (las minorías que suelen votar siempre demócrata). Pero no todo es puerta a puerta. Se pueden hacer llamadas telefónicas, distribuir contenidos, usar redes sociales, reclutando a amigos y, sí, también asistir a mítines.

El próximo martes son la midterms, y veremos si ha tenido éxito. En cualquier caso, han intentado hacer lo que no consiguió Romney en 2012, y sí consiguió Obama: que los voluntarios tengan cosas para hacer, que se sientan útiles y valorados, que puedan elegir qué quieren hacer por el partido.

Fuente: Blog de Xavier Peytibi