Por: Daniel Eskibel
El votante que no sabe lo que quiere se decide porque sabe lo que no quiere.
Parece un juego de palabras:
-Solo sé que no sé lo que quiero pero sí sé lo que no quiero…
Parece pero no es.
No es un juego sino más bien una clave de la psicología del votante.
Muchos votantes afirman no saber a qué candidato van a votar. Ven la lista de los aspirantes y no se inclinan por ninguno de ellos.
¿Cómo puede una campaña electoral trabajar para ganar un porcentaje significativo de esos votantes?
Trabajando sus rechazos.
Eso: sus rechazos.
Antes mencioné una clave de la psicología del votante.
¿Cuál es?
Que siempre sabe lo que no quiere.
Siempre sabe a quién o a quiénes rechaza.
Siempre sabe contra quién votar.
Es la fuerza del No.
La potencia del rechazo.
La energía de estar en contra.
Muchas veces es esa peculiaridad de la psicología del votante la que mueve el escenario electoral y decide las elecciones.
Imagina un escenario así.
Tu candidato no logra despegar por encima de sus competidores.
Tampoco ninguno de sus competidores lo logra.
¿Qué hacer?
¿Cómo patear el tablero y desacomodar a los otros candidatos en beneficio del tuyo?
Pues investiga cuales son los rechazos del público que todavía no ha optado claramente por ninguno.
¿En contra de quién están?
¿Y por qué?
Cuando lo sepas aprovecharás la psicología del votante a tu favor.
¿De qué manera?
Con un plan estratégico para situar a tu candidato en la cresta de la ola.
¿Qué ola?
Pues la del rechazo, la del no, la ola en contra.
Cuando el público que no termina de decidirse ve que uno de los candidatos se acerca más que los demás a ser la contracara de lo que rechaza…entonces habrás avanzado un enorme terreno.
Recuérdalo.
Si la gente no te elige por lo que eres, entonces es posible que te elija por lo que no eres.
Fuente: Blog Maquiavelo&Freud